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Clásicos de finales de la década de los 50 y 60 resuenan como inspiración sonora en el álbum debut de Pom Pom Squad; un proyecto que inició como una apuesta en solitario por parte de Mia Berrin y que al poco tiempo se convirtió en un enérgico cuarteto en el que la acompañan Mari Alé Figeman, Shelby Keller y Alex Mercuri. Para su primer material la banda decidió explorar el amor en cuestionamientos llenos de dolor y un poco de ira al compás de mucho punk rock melódico.
Sarah Tudzin se encargó de co-producir este material de 14 pistas que llega vía City Slang y en el cual la intérprete se anima a compartir esta metamorfosis a la que se enfrentó hace poco y que trazó también a través de referentes cinematográficos como David Lynch de quien exprimió la idea de reflejar los mundos idealizados desde una perspectiva mucho más escalofriante. Sí, la traducción literal del disco es: La muerte de una porrista, y se lee bien en la parte visual de todos los componentes, sin embargo metafóricamente hablando podemos hablar del cambio que hay en la mentalidad y en el comportamiento de una adolescente que tiene días buenos y días malos.
Para Mia Berrin la evolución ha sido parte crucial para Pom Pom Squad y sus arrebatadas guitarras en Death of a Cheerleader. "Creo que la música ha cambiado en el sentido de que he aprendido a confiar mucho más en mí mismo", menciona. La creación y producción del disco fue toda una aventura que la misma líder relata como una "falsa experiencia", pues todo el tiempo se veía observando objetos y situaciones que sentía a las que no pertenecía, pero que con el paso del tiempo dieron paso a este material que funciona por la versatilidad que ancla en sus composiciones. Sí es punk, pero es un punk desenfadado que al mismo tiempo te cuestiona la realidad.