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Reflections Records / 2016
En una escena musical saturada de propuestas similares, es normal que por falta de difusión no lleguen a nuestros oídos bandas o artistas con proyectos nuevos. La música está en constante evolución creando nuevos estilos, dando joyas ocultas que esperan ser descubiertas y entre esas joyas se encuentra Devil Is Fine de Zeal And Ardor, proyecto del músico afroamericano de Nueva York, Manuel Gagneux, en el cual se mezclan géneros como el black metal, blues, la electrónica y un poco de jazz, para darle vida a uno de los proyectos más innovadores de 2016.
Devil Is Fine es en esencia un álbum de black metal que se fusiona de manera brillante con otros géneros que parecería imposible que pudieran coexistir armónicamente dentro de un álbum, pero Gagneux los mezcla de manera magistral en los 24 minutos que dura el LP. El resultado es una pieza única e innovadora, con una libertad creativa inmensa que nos introduce en una atmósfera oscura, donde el black metal logra fusionarse con el blues, negro spirituals—adaptaciones populares de himnos religiosos, hechas por trabajadores afroamericanos esclavizados— y la electrónica de una manera fluida y natural.
Inicia con “Devil Is Fine”, una pieza con coros espirituales, cadenas y un piano que nos lleva a imaginarnos a unos esclavos afroamericanos en su camino al trabajo. Le sigue “In Ashes”, que junto a canciones como “Come On Down” y “Blood On The River”, es donde Devil Is Fine empieza a mostrar su esencia con canciones donde el gancho principal es el blues, que atrapa sutilmente al espectador desde el inicio con melodías pegajosas, para luego introducir riffs de guitarra con trémolo, batería de doble bombo y el sonido de cadenas. El resultado es plausible, puesto que logra expandir los límites del metal al ampliar el horizonte creativo, abriendo puertas para nuevas posibilidades sonoras.
El trayecto continua con “Children’s Summon”, la canción más rápida del disco, y la cual deja de lado el blues y se centra rápidos riffs de guitarra. Le sigue “What Is a Killer Like You Gonna Do Here” con un poco de jazz para bajar las revoluciones en la recta final y a lo largo del álbum la trilogía “Sacrilegium”: tres canciones que se adentran en la electrónica y en cuya primera parte escucharemos drum and bass; en la segunda, una especie de canción de cuna y la tercera—cerrando el álbum—una canción parsimoniosa gracias al uso de sintetizadores. Aunque son completamente distintas a la propuesta central, no suenan fuera de lugar y se acomodan de una manera extraña, pero convincente en la secuencia del álbum.
Devil Is Fine es como un balde de agua fría que te toma por sorpresa y te deja en shock la primera vez que lo escuchas. No es fácil de digerir, debido a su naturaleza oscura y surreal, pero poco a poco te podrás dar cuenta de su brillantez. Es una mezcla de espiritualidad y dolor que, junto con el blues y el metal, resultan en una experiencia sonora innovadora, ecléctica y emocional única en su tipo.