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Mute Records / 2016
En este 2016 muchas bandas emblemáticas del llamado indie (whatever it means) de la década pasada han lanzado nuevo disco, tal es el caso de M83 o The Last Shadow Puppets y algunos otros están por lanzarlo, como Peter Bjorn & John o MSTRKRFT.
Yeasayer, la psicodélica banda originaria de Brooklyn, entra en esta definición, pues aunque en el 2012 lanzó su tercer disco, Fragrant World, pasó un tanto desapercibido, al contrario de lo ocurrido con sus dos primeros discos: All Hour Cymbals (2007) y sobre todo Odd Blood (2010).
Cuatro años después, y con una escena musical totalmente diferente, Yeasayer lanza Amen & Goodbye, un álbum que muestra una madurez musical y lírica de la banda, sin embargo, no pasará de ahí. Es un disco ambicioso y que experimenta en lo medida de lo posible, de hecho, lo heterogénea de la portada es un retrato muy fiel de lo que escuchamos en el material.
El disco comienza con un intro llamado “Daughers of Cain”, el cual, está lleno de referencias bíblicas, al igual que el disco en general, pues podemos encontrar otras canciones como “Prophecy Gun”, “Dead Sea Scrolls” o “Child Prodigy”.
“I Am Chemistry”, segundo track del disco, es probablemente la mejor canción y la que recuerda más a los trabajos anteriores, aunque sin el poder de éxitos como “O.N.E.” o “Madder Red”. “Silly Me”, el primer sencillo, es la canción siguiente y también uno de los highlights, mismo que recuerda un poco a “Ambling Alp”.
Por otro lado, “Half Sleep” y “Prophecy Gun” son de las canciones más “experimentales” del disco; la primera muestra elementos de música tanto asiática como árabe, incluso recuerda un poco a “Govinda” de Kula Shaker, con todas las proporciones de género guardadas.
Cerca del cierre del disco, sobresale “Uma”, una balada muy en la onda de The Beatles, psicodelia y cursilería juntas. “Cold Night”, seguida del outro “Amen & Goodbye”, cierra el disco de una gran manera, es una canción interesante con el sonido de Yeasayer, pero que, al igual que todo el disco, termina siendo insuficiente para lograr enamorar e ir más allá.
Sin duda alguna se agradece que bandas como Yeasayer sigan activas y sigan generando cosas nuevas, sobre todo para mi generación que creció con bandas como ésta, sin embargo, al final del día queda una especie de vacío, queda algo que te recuerda que las cosas no son como antes y nunca lo serán. Probablemente las cosas sean mejores, pero no iguales, y justo eso es lo que pasa en Amen & Goodbye, no es lo mismo, pero en la búsqueda de hacer algo mejor, se queda corto y pierde fuerza.