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Dirty Hit Records / 2015
19/Jun/2015
Un aire de misterio y expectativa envuelve a la banda inglesa Wolf Alice, que después de cinco años y dos EP's se aventuran a sacar su álbum debut de larga duración, My Love Is Cool, mismo que los llevó a encontrar un balance entre sus primeras canciones y la evolución de su sonido.
Suavemente rítmica y acompañada por los delicados y agudos tonos de la vocalista Ellie Roswell, quien da muestra de su manejo vocal, “Turn to Dust” sirve de carnada para despertar la curiosidad del escucha.
Una modificación en su sonido cuál descarga eléctrica llega con “You're a Germ” y “Lisbon”, llenas de percusiones, guitarras frenéticas y voces amenazadoras. La conocida “Bros” cargada de estribillos pop, una letra sentimental sobre la amistad y una picadura de emoción en la voz recuerda los inicios de la banda, complaciendo a sus primeros seguidores.
“And when we grow older, we could still be friends, we could still be lovers and, we wouldn't feel the end” canta Ellie Roswell encajando su voz a los energéticos y punzantes riffs de Joff Oddie en “Your Loves Whore”. Con sutiles atmósferas y metales con “Silk” la banda Wolf Alice da muestra de las diferentes dimensiones que les gusta utilizar pero, siempre manteniendo la línea del rock-pop.
Entregados a las alucinantes melodías de guitarra y los bajos profundos con gritos desesperados y samplers de ultratumba “Fluffy” se convierte en la canción que, dinamita su lado garaje. Aunque las letras son sentimentales y no van más allá de los amores perdidos, los contrastes vocales de Ellie Roswell se fusionan con los diferentes ritmos dejando de lado la monotonía. Con 12 canciones exploran tanto ritmos energéticos y oscuros como secuencias tranquilas y suaves manteniendo sus sonidos iniciales, sin la pretensión de hacer un rock rabioso.
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Merge Records / Dead Oceans / 2015
19/Jun/2015
Poison Season (Merge Records) es el resultado de ello. Con un ADN musical que se comparte entre dos grandes influencias –por un lado el glamour proveniente del rock de los 70´s con referencias a figuras como Bowie o Springsteen, y por el otro la sonoridad obscura y melancólica de la música de cámara- Bejar ha logrado dar vida a un disco lleno de poesía y grandilocuencia.
Resaltan temas como “Forces from Above” que mezcla de manera exquisita interesantes arreglos de cuerda junto con elementos modernos para alcanzar su punto cúspide en el coro. “Archer on the Beach”, con sus líneas de bajo salpicadas de funk baladezco y sus arreglos de metales con sabor a jazz.
O "Time Square", que en sus dos versiones (mismas que abren y cierran el disco respectivamente) muestra la polisemia que una letra con su melodía puede encerrar al verse expuesta a distintos contextos musicales.
En el terreno lirico (fundamental para dar sentido a las composiciones de Destroyer), las canciones se habitan por personajes que en su búsqueda de redención y felicidad, alcanzan terrenos que bordean la ironía, evidenciando el lado obscuro y complejo del ser humano. Tal es el caso de “Bangkok”, en donde la voz narrativa pertenece a un depravado que escarba en su pasado en busca de un momento de luminosidad.
Queda claro que Bejar no es de esos músicos que se quedan quietos y que a pesar de esa búsqueda constante, muestra cohesión en un discurso que, construido sobre una alquimia perfecta, le permite expresarse con convicción implacable.
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