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PIAS / 2019
En su más reciente álbum de estudio, White Lies, trío británico conformado por Harry McVeigh, Charles Cave y Jack Lawrence-Brown nos entrega un trabajo simplista en cuanto a título y arte de portada, pero con un contenido que es todo menos eso.
Para celebrar su décimo aniversario como banda –y tras un cambio de disquera– llega FIVE, posiblemente el disco más redondo y ecléctico de White Lies a la fecha. La perfecta amalgama de su lado post punk y su deliciosa magia con sintetizadores, además de que contiene algunas de sus composiciones más pesadas y dignas de una buena sacudida de melena a la fecha.
Este material discográfico cuenta con nueve canciones pero no gasta tiempo en relleno, sino que va directo al grano y en varias ocasiona apunta a los grandes himnos para mover a grandes masas de gente mediante una combinación de energía, potencia y sobre todo ganchos pegajosos.
No cabe duda de la ambición perseguida en este trabajo, esto lo percibimos desde “Time To Give”, corte introductorio de siete minutos de duración y el primer sencillo que pudimos escuchar de FIVE. Es un continuo pero cauteloso in crescendo acentuado por arpegios de sintetizador memorables y un tanto perversos, elementos que también destacan más adelante en “Kick Me”.
En algunos casos las influencias son extremadamente marcadas, “Never Alone” suena como una canción de New Order en su faceta más rockera de los 90 y principios de los 2000, mientras que “Finish Line” tiene la monumentalidad de los himnos de estadio de bandas como U2 en sus buenos tiempos. Temas como “Kick Me” y el cierre “Fire and Wings” presentan elementos de psicodelia y este último junto con “Jo?” contiene quizás los momentos guitarrísticos más estridentes y furiosos de toda su discografía.
A pesar de que McVeigh aseguró que con FIVE apuntaron a darle el primer plano a las guitarras, encontramos pinceladas de colorido pop de influencia ochentera a lo largo de todo el disco. “Tokyo” es quizás la canción más pegajosa que han creado en toda su carrera, con un gancho inescapable, melodías de sintetizador juguetonas y brillantes, un bajo casi funky en el fondo y una vibra completamente elevadora.
En esta vena llega también “Believe It”, pero contrastante en cuanto a su letra, la cual versa sobre la dificultad de buscar ayuda ante los problemas de salud mental. “Denial” es el momento más bajado de tono del disco y lo más cercano a un respiro que brindan al escucha, la melancolía y la añoranza están presentes en la voz de barítono de McVeigh siempre imponente.
“Fire and Wings” cierra apropiadamente con esa misma oscuridad, su letra retrata los horrores de la guerra al ritmo de violentos golpes de batería y guitarrazos que bien podrían emular el impacto de cañonazos y explosiones.
Después de Friends de 2016 que sonaba a una banda un tanto estancada y necesitada de un segundo aire, FIVE es ese testamento de que White Lies aún tiene mucho por dar. Apropiadamente de la mano de Ed Buller, quien produjo su disco debut To Lose My Life y Big TV, este es el material que la banda necesitaba en este momento, con nueve temas de los cuales cualquiera puede ser escogido como un sencillo efectivo o potencial tema insignia del trío.