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Sub Pop / 2019
¿Qué le dirías a tu yo de hace 10 años?, ¿qué es el amor hoy en día? ¿Cuál es tu propósito?, ¿cuál es tu guía? Natalie Mering, mejor conocida como Weyes Blood se pregunta esto y más en su más reciente creación: Titanic Rising.
Con sus ya conocidos y magníficos arreglos vocales, Weyes Blood nos muestra una nueva faceta de su mente: la introspección de su conexión con otros y con ella misma. Sin embargo, se aventura con nuevos sonidos y estilos.
En “A Lot's Gonna Change” presenta esperanza y aceptación al cambio y a los retos. Habla de superación personal rodeada de ritmos oníricos e incluso felices. Le sigue “Andromeda”, que al igual que “Picture Me Better” y “Nearer to Thee”, recuerda a las películas de Casablanca y Lo que el viento se llevó, mientras abre la conversación sobre cómo evolucionar y cómo reparar los daños que las relaciones, obstáculos y hasta la muerte provocan en nuestro corazón.
Titanic Rising es un discurso sobre la perfección e imperfección de la humanidad. Es una muestra de que las canciones instrumentales como la que le da su nombre al disco, pueden decir más que las palabras. Es una prueba de que los poemas son canciones en potencia y solo les falta la música adecuada, como es el caso de “Movies”. Pero la joya del álbum se llama “Mirror Forever”, cuyo sentimiento de slow dance se combina con una seductiva voz que canta sobre lo que una pareja está dispuesta a ceder por amor aunque eso signifique perder una batalla.
Si bien Mering se queda en su zona de confort con su voz y arreglos clásicos, también expande sus horizontes mezclando synths, guitarras y psicodelia. Así, Weyes Blood pone en nuestros oídos una carta de amor a la humanidad y su resiliencia, además del significado de la existencia.