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Villagers — Fever Dreams

8

Villagers
Fever Dreams

Domino Records / 2021

Artista(s)

Villagers

El primer día del resto de tu vida.

Escapar: desde que la humanidad tiene uso de razón, el deseo de escapar a un universo más amigable ha prevalecido en el imaginario colectivo como una posibilidad remota o, en el más realista de los escenarios, como un sueño absurdo. Así ha quedado plasmado en siglos de literatura fantástica, donde aquel otro mundo es representado como un lugar misterioso en donde habitan las bestias, justo como esa vieja película de Spike Jonze.

Si existe una constante en la obra de Villagers, es la simbiosis entre el hombre y la bestia. Una dicotomía que también se refleja en su música, pues ésta ha transitado desde el formato semiacústico en el debut Becoming a Jackal (“convertirse en un chacal”, 2010) hasta el chamber pop con arreglos electrónicos en {Awayland} (2013). Fever Dreams, quinto álbum del proyecto liderado por Conor O’Brien, es la continuación lógica de esta última línea sonora donde la dejó The Art Of Pretending to Swim (2018). Pero, con sus largos pasajes instrumentales, también parece ser la introducción de una banda completamente nueva.

Fever Dreams no es otro álbum en el que O’Brien asume los roles de multi-instrumentista y casi-solista, pues se gestó en un periodo de dos años mediante sesiones en vivo con la banda completa. A partir de este trabajo conjunto, Villagers ofrece uno de sus álbumes más complejos, lleno de pasajes instrumentales y cambios armónicos propios de la música progresiva. “Fever Dreams” y “So Simpatico”, de seis y siete minutos de duración, respectivamente, retratan esta maestría orquestal que recuerda a The Flaming Lips en la época del Soft Bulletin (1999). De la misma forma, “Restless Endeavour” parece el descanso instrumental obligado en todos los álbumes con la misma ambición, el cual hace una reminiscencia al trabajo de Moby y Unknown Mortal Orchestra. Pero es en “The First Day”, proeza de chamber pop contemporáneo que oscila entre la gran orquesta y los sonidos del psych rock, cuando de verdad asistimos al primer gran momento del álbum.

De esta forma, Fever Dreams se despide del sonido indie folk que conquistó a la prensa irlandesa durante la década pasada, e insinúa una nueva dirección en el sonido del grupo. Los 10 cortes de este álbum funcionan como el soundtrack de un presente marcado por el agobio, donde siempre está presente la idea del escape y la fantasía. En cada canción, O’Brien y sus compañeros plantean ese “mundo entero en la palma de nuestra mano”, lleno de aquel vigor que solo conocemos cuando aceptamos que “nos enamoramos en el primer día del resto de nuestra vida” (“The First Day”).

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Lip Talk — Laughing and Eating Cake

6

Lip Talk
Laughing and Eating Cake

Northern Spy / 2021

Artista(s)

LIP TALK

Laughing and Eating Cake parece ser la solución.

La creatividad es una característica casi requerida en los artistas actuales; ya no es solo expresar el desamor con letras bonitas; ahora, el público busca talento visual, sónico y un conjunto de atributos distintos. Apenas el pasado 4 de agosto, salió a la venta el nuevo álbum de la cantante, compositora y productora neoyorkina Sarah K. Pedinotti, mejor conocida como Lip Talk, llamado Laughing and Eating Cake, un álbum que, sí, también se gestó en pandemia y que busca salir a la superficie para alegrar un poco el corazón del mundo y contar algunas historias con ritmos sintéticos.

Laughing and Eating Cake contiene 11 temas que salieron de materiales de bosquejo en un taller de escritura del pasado y de un reto de “una canción por día”, así como canciones que inspiraron en una sola imagen. Una de las más pegadizas es “Running In Place”, que adopta los sonidos creados artificialmente con sintetizadores y presenta un ambient pop, lento y romántico; “Marie” es un track neo-minimalista que tiene tintes del soul y R&B, “Precious” sale un poco del molde y no sigue las características puestas para el álbum.

Dentro de la vorágine de la pandemia y las elecciones presidenciales en EEUU, así nació “HD”, que habla sobre el bombardeo televisivo, figurado por supuesto, de información y coberturas hacia lo que serían unas elecciones cruciales para el país vecino; la canción expresa las imperfecciones que se borran aún en alta definición y dice que sus sueños incluso eran ya en HD, donde pretendía ser Dolly Parton, solo una de las figuras más americanas de su historia.

Otras de las composiciones con más contenido energético son “Bargain Day” y “More”, que abordan temas de consumismo y el capitalismo, con un solo de sax incluido y sensualidad, y hablan de la idea de siempre querer más, de buscar más y no conformarnos con lo que se tiene enfrente; el blues de la primera es muy puntual.

“Number 9” es una canción muy americana y patriótica, sin el valor de la comparación, similar a “Blue Jeans” de Lana Del Rey, con las mismas características; “King” es una canción que trae recuerdos noventeros y “This Is A Song”, con una marimba hipnótica dentro de sus instrumentos y la batería un tanto descuidada con intención.

Laughing and Eating Cake mezcla pop, soul, funk y soft ambient; es un algodón de azúcar para el oído, a pesar de los temas de algunos tracks y es el resultado de conjuntar la experimentación R&B con guitarras funky y melodías repetitivas.

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Villagers — Fever Dreams