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Winspear / 2020
24/Ago/2020
Todos pasamos por esto ¿No?, ese momento en que dejamos del lado el vacío de la soledad y nos disponemos a ver con más animo la vida. Es complicado, claro, sobre todo porque dentro del proceso nos encontramos con la nostalgia, los recuerdos y los malos momentos. Justo esta montaña rusa de sentimientos es el símbolo narrativo de Video Age en su nueva producción Pleasure Line.
Este es el tercer registro de la agrupación luego de Living Alone y Pop Therapy. En este trabajo es posible encontrar una notoria evolución artística del cuarteto de Nueva Orleans. El característico sonido que hace referencia a los años 70 y 80 se mezcla de forma libre con sonidos futuristas, propiciados por elementos digitales y análogos que rompen la estética y la renuevan al mismo tiempo.
El disco abre con un tema homónimo, este se mueve lento entre sintetizadores celestiales y un juego divertido de voces. Las guitarras coquetean por momentos con el funk para darle vida a una historia que habla sobre la emoción que da el comenzar de nuevo. "Maybe Just Once" le sigue la pista, este tema con mayor influencia de sonidos retro crean un ambiente bailable y fluido. Un bajo contundente se une a un sintetizador que juega como insignia en los coros. Este tema habla sobre la belleza de la duda, es ese recuerdo sobre que tal vez si has sufrido aunque intentes ocultarlo, nadie escapa de lo que ya vivió.
"Blushing" llega de forma más agresiva. Es una declaración de amor eterno dicha desde una base sencilla en baterías, la cual es elevada al máximo por el bajo y las voces de Ray Micherelli. La velocidad sube en "Aerostar", donde las guitarras se responden entre sí y recuerdan esos singles pop de los años 80 que se caracterizaban por la mezcla entre el dance, el disco y el pop. Además revive esa enérgica vida juvenil llena de salidas con amigo y ese amor que aparentemente es el indicado.
Los ritmos baladezcos y el tradicional pop therapy que Video Age ha recreado en más de cuatro años se hace presente para "Comic Relief". La banda de Nueva Orleans crea un track que fluye por las guitarras acústicas, este en momentos recuerda a Bee Gees o incluso a The Beach Boys. La sensación de la playa y el verano en estos tiempos parece que solo la alcanzan los recuerdos, pero la banda nos acerca al clima veraniego con "Sweet Marie". La atmósfera tranquila se refleja con teclados densos que por momentos crean referencia a vaporwave, además de voces tranquilas y sutiles para crear una canción suave.
"Shadow On The Wall" nos recuerda que aunque estemos solos hay que bailar, tal vez así podamos acercarnos a ese amor imposible. Al menos se debe intentar con el emocionante ritmo de lo que fue el primer single del disco. Las guitarras, el bajo y el sintetizador se quedan grabados en la cabeza dentro de un ritmo que inevitablemente te hará mover la cabeza, aunque detrás no estés en la mejor forma, a veces es la música ese motivo para seguir bailando, y para no dejar se encontrar el amor.
El bajón en la fiesta a veces nos pone mal, "That Can't Be" es un recuerdo de todo el daño que te puede hacer una persona querida. Si bien, es un recordatorio de que no estás solo, también marca un reclamo lleno de despecho. La producción de esta canción muestra la versatilidad de Ross Farbe para crear variaciones entre texturas y discursos, esto es muy notorio gracias al uso de cajas de ritmo.
Cierra el disco con "Meet Me In My Heart", una canción honesta, que nos recuerda la necesidad que tenemos todos de amar. No solo a otras personas, sino tener el compromiso de amarse a sí mismos para poder sanar y encontrar el cariño de alguien más. Este es posiblemente el tema neutral del disco, una referencia a la importancia del concepto de amor en estos tiempos complejos. "Good To Be Back" es la lección aprendida, es el crecimiento personal que se espera después de una catástrofe amorosa. Es una manera animada de hacerle saber al mundo que lo malo ya pasó, y que estás listo para seguir.
Video Age ha conseguido renovar su propuesta con un sonido sólido, el cual es traído gracias al mix de Josh Bonati y a Winspear. La agrupación de Nueva Orleans nos muestra nuevos sonidos y le da una identidad más contundente al proyecto, el cual pinta para ser una de las propuestas más frescas en los próximos años. Te invitamos a darle play a continuación.
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EarMusic / 2020
21/Ago/2020
Estamos muy acostumbrados a la nostalgia, a vivir celebrando aniversarios, lustros y décadas de cada álbum o pieza que representó algo en la historia musical. Hay bandas que solo viven del recuerdo, que viven de sus glorias pasadas y que a pesar de los años nunca supieron cómo hacer nuevos hits. Deep Purple no es así.
La banda pionera del heavy metal estrenó nuevo disco, 50 años después de publicar In Rock (1970) uno de sus más grandes discos. Y en lugar de conmemorarlo, optó por lanzar una nueva producción. Es su vigésimo primer álbum, contiene 13 canciones, son 51 minutos en total de hard rock y lleva por nombre Whoosh!
Es una de las bandas más longevas, sigue activa y creando música. Es una realidad que es muy difícil que repitan el éxito de canciones como “Smoke On The Water”, “Perfect Strangers”, “Highway Star”, “Black Night”, “Hush” o “Burn” pero sus discos más recientes son del gusto tanto de la crítica, como de sus fans. Han envejecido, pero su estilo no.
Fue producido por Bob Ezrin quien produjera The Wall de Pink Floyd, a Alice Cooper, Deftones, Jane's Addiction, Kansas, Kiss, Lou Reed, Nine Inch Nails, Peter Gabriel, entre otros. Él se ha encargado de las últimas tres entregas de Deep Purple, Now What?! 2013, Infinite (2017) y Whoosh! (2020).
El gran acierto de este disco es que no suena a viejo, suena a un contenido actual pero no deja de sonar a Deep Purple, su estilo y sonido está tan arraigado que desde el primer acorde de “Throw My Bones” sabemos a quién estamos escuchando.
Las alineaciones han cambiado tanto en esta agrupación que hasta están clasificadas, la más reciente y autora de este álbum es la Mk VIII conformada por Ian Gillan (voz), Roger Glover (bajo), Steve Morse (guitarra), Don Airey (teclados) e Ian Paice (batería, percusión).
Canciones como “Drop the Weapon”, “We're All the Same in the Dark”, “Nothing at All” y “No Need to Shout”, tienen la estructura y esencia clásica del hard rock en diferentes etapas con tintes de blues; el Hammond de Don Airey nos recuerda en cada acorde el estilo inconfundible de la banda y la guitarra de Morse acaricia tus oídos.
La voz de Ian sigue perfecta, se escucha tal y como la recordamos. Otro punto importante de Whoosh! Es que las canciones duran aproximadamente tres y cuatro minutos a excepción de una de cinco, es un disco que se va rápido y que pasa por diversos tenores, así que funciona si lo escuchas en orden o en aleatorio.
“Step by Step” es un tema que comienza con unos teclados atormentados y la melodía va por esos tenores, es algo oscura, pero intensa y con “What the What” la neblina se oculta para darle paso al rock and roll, al baile y al air guitar o air piano, según tus gustos. Pero al llegar “The Long Way Round”, te será imposible dejar de seguir el ritmo.
La imagen del disco es un astronauta, los videos también tienen cierta relación con el espacio y la naturaleza; en el tracklist aparece “The Power of the Moon” un tema misterioso, perfecto para escucharlo por la noche a la luz de la luna.
A continuación llega la canción más corta del álbum “Remission Possible” es instrumental y es un viaje, almacena toda la esencia de Deep Purple en 1:38. Que da pie a “Man Alive”, una de las canciones más pesadas que reitera la pertenencia de la banda al heavy metal.
Para cerrar el disco llegan “And the Address” que cambia el ánimo totalmente y termina con “Dancing in My Sleep” que tiene un inicio electrónico mostrando la actualidad que vive la banda.
Todo el disco engloba sus pensamientos actuales, en diversas entrevistas la primordial ha sido regresar a tocar en vivo. Todos ya superan los 70 años de edad pero el rock los mantiene jóvenes y creativos, Whoosh! es un disco bueno, quizá no es memorable como los primeros, pero tiene una esencia que te reitera en cada acorde que estás escuchando a una banda legendaria, pero con inquietudes nuevas.
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