8
Tribe Records / 2020
26/Ago/2020
El arribo del R&B en terreno mexicano no ha sido el más efervescente, aún cuando el género de origen afroamericano goza de gran popularidad en países como Canadá o Estados Unidos y, pese a que sus principales exponentes rigen tendencias estéticas y sonoras dentro de la cultura pop contemporánea; la barrera del idioma y una cultura e industria musical diferente a la nuestra han impedido una mayor afluencia del género en México.
No obstante, desde hace unos años se ha consolidado un nuevo Olimpo de exponentes como The Weeknd, Frank Ocean, Solange, Teyana Taylor, SZA, Jorja Smith, entre otros, que han impulsado la llegada de una renovada escena de R&B que conquistó nuevos oídos dispuestos a nutrir un creciente público.
Cómo es el caso de Victoria Monét, una joven cantante asentada en Sacramento, California quien influenciada por el sonido motown del soul, los coros eclesiásticos y la danza, se adentró en la composición lírica, siendo está disciplina la que le abrió las puertas del panorama musical estadounidense debido a su gran ingenio para componer.
Talento que la llevó a coescribir canciones como “thank u, next” o “7 rings” de Ariana Grande, “I Hate That You Love Me” de Diddy Dirty Money, “Everlasting Love” de Fifth Harmony o “Drunk Texting” de Chris Brown temas impregnados de fuerza y emociones que tuvo que expresar a través de las voces de dichos artistas.
Y que tras acumular tal experiencia, Victoria Monét llegó para consumar Jaguar, su nuevo EP, editado a través del sello Tribe Records. Valiéndose de su total capacidad para contar historias explícitas mediante canciones que reflejen su visión más sexual y honesta.
Y para muestra solo basta con dar play; ya que Jaguar abre con “Moment” una oda al sexo de tus sueños, donde Victoria se encarga de elevarte a la plenitud del clímax. Canción que transmite el arrojo y la actitud de una reina que conoce el peso de su jerarquía, el valor de sentirse una mujer plena, atrevida y sexualmente preparada para devorarte y desecharte; si así lo desea.
Mostrar esa actitud sin límites y tabúes que oculten tus deseos más explícitos o cantar sobre la estabilidad que brinda contar con dinero extra en el bolsillo −como lo hace− en “Big Boss” el interludio con mayor inclinación al deleite banal que otorga el dinero y que da paso a “Dive”, el tema con mayor alusión implícita a la libre expresión sexual de las mujeres.
“We Might Even be Falling In Love” es uno de los dos interludios contenidos en el disco. Aquí, Monét decide bajar la guardia púes no hay un statement afilado por demostrar, sino que se trata de un breve momento para asomar el alma y mostrar que debajo de la armadura también converge la fragilidad y la ilusión de ser amada.
Esta pausa emocional se diluye con el siguiente tema: "Jaguar". Al ser la canción homónima del álbum pudo ser el track con mayor proyección de emociones de todo el material. No obstante, la propia Monét confesó al sitio web de Genious que es la canción menos premeditada −ya que en sus palabras− “no llegó a estudiar al animal (jaguar) para relacionarlo”, sino que solo trató de plasmar las ideas que iban jammeando entre ella y D Mile, el productor musical de cabecera del disco.
Posiblemente la técnica de creación más recurrida durante los encierros creativos dentro de los estudios de grabación y tan funcional que terminó por robar la atención de Victoria al grado de brindarle un rostro al disco con este título.
Para este momento llega el turno de la única pieza que cuenta con colaboraciones donde se sumaron dos rostros de la escena pop actual; Khalid quien se desliza vocalmente en el sonido disco de “Experience”, track que funge como una capsula de tiempo que remite ligeramente a los clubs de la década de los 70, de la mano del productor británico SG Lewis; que junto a Victoria Monét lograron entregar el tema más alegre de Jaguar.
Satisfacción que también es compartida en “Ass Like That”, primer sencillo lanzado en otoño de 2019, que significó un culto al cuerpo, la energía física y lo radiante que te puede hacer lucir el mantenerte en forma. Y pese a lo superficial del mensaje, el trasfondo que inspiró el tema fue el amor propio, saberte feliz contigo para que los tormentos de la inseguridad no te agobien frente al espejo, sin prestarle atención a la aprobación de los demás.
Y que contrasta con el bajón emocional en “Go There With You” uno de los claroscuros que perfila la parte final del material, donde el hundirte y ser vulnerable no significa que no puedas renacer en una persona diferente.
Es en “Touch Me” donde concluye este pasional viaje auditivo, con un corte que muestra sutilmente la bisexualidad de Monét, quien se ha permitido no cerrarse al amor sin importar el rol de género de la otra persona, sin ocultar que esta canción aborda una historia real sobre una mujer con la que compartió una relación.
Así es, como las fauces de Jaguar nos han dejado sentir la fuerza con la que Violeta Monét se apropió de su entorno, pues se trata de un álbum repleto de mensajes de gran coyuntura en esta era: el sexo libre, la gallardía de la mujer, el amor propio y la diversidad abordados desde la perspectiva de una voz plena dentro de un género que puede ser percibido como endeble por la sutileza de sus texturas sonoras; pero que bajo esa frágil apariencia existe un potente discurso que ha logrado empoderar la tradición musical del R&B.
9
Castle Face / 2020
25/Ago/2020
Con vibras a la Miles Davis en su era eléctrica o quizás hasta un poco de John Coltrane cuando dejó las drogas y encontró una forma de expresar su espiritualidad en la música. Sí, todo eso, pero obviamente demasiado rebajado, y con rebajado no me refiero a nada malo, es el álbum debut del “súper grupo”: Bent Arcana.
“The Gate” suena espiritual, “Outré Sorcellerie” suena espacial, “Misanthrope Gets Lunch” suena psicodélico, “Oblivion Sigil” suena selvático e incluso africano. ¡Ojo! No es que lo quisieran así, ni que hayan buscado esos sonidos, toda esa magia se creó a través una sesión de 5 días de completa improvisación.
Lo que quiero decir es que las notas, sonidos, ritmos, melodías y motivos fueron totalmente pensados al momento, esas eran las sensaciones que salieron en es mismo instante. Si hubieran grabado un segundo antes, un segundo después, un día o 5 días después, todo hubiera sonado a algo completamente diferente, así de intensa es la energía de la improvisación.
Hoy vemos esto como un disco debut, pero no son músicos nuevos, ni es la primera vez que se meten al estudio, no es siquiera su primera banda. John Dwyer lleva años como guitarrista de Thee Oh Sees y además ha creado otros proyectos, Ryan Sawyer, baterista, ha tocado con Thurston Moore y los japoneses Boredoms, Marcos Rodriguez, guitarrista, viene de Prettiest Eyes, Andres Renteria, encargado de las percusiones, es un músico de sesión que ha colaborado con Father John Misty, Flying Lotus y muchos otros.
Por otro lado, también tenemos a Kyp Malone haciendo un increíble trabajo en los teclados y sintetizadores, él sale de TV on the Radio para integrarse a Bent Arcana. Brad Caulkins, músico de sesión que ha trabajo con The Flaming Lips, Thee Oh Sees, Portugal. The Man, es el saxofonista encargado de crear melodías junto a Joce Soubiran, saxonista de sesión, y la violinista Leana Myers-Ionita de Feels.
Es gracioso como en todos lados le ponen la etiqueta de supergroup a Bent Arcana, aunque creo que ese término es más usado en el rock. En el jazz, a pesar de ser considerado un género elitista, pretencioso o inflado, aún teniendo grandes o quizás hasta titánicos músicos en una sola formación jamás usan ese término.
Esto me pone a pensar, ¿La palabra supergroup es una palabra creada por las grandes industrias para ganar más dinero?, ¿Es la forma en la que los más gozosos del rock le dicen a sus ya ultra mitificados ídolos?, ¿Es la forma en que el mismo género se autoensalsa y se autoafirma a si mismo como el mejor género musical?, ¿Me estoy haciendo una super chaqueta mental del tamaño del universo? Yo no sé, pero a veces parece demasiado.
Lo que no se puede negar en absoluto es que el disco es totalmente ácido y que cada una de las notas tocadas durante esos 5 días de improvisación están increíblemente bien colocadas, en el momento preciso y con la energía indicada, así lograron crear tremendo viaje psych, free-jazzero, experimental, krautrock, multidimensional.
Ok, ¿por qué se me salió decir que sonaban a un Miles o un Coltrane rebajados? Bueno… Porque por momentos me parece escuchar que se van por la segura, dejando que la batería lidere con ritmos motorik para que los demás se puedan subir más fácilmente a la improvisación.
Pero también me pasa que puedo escuchar todas las referencias de Can, del Tributo a Jack Johnson de Miles, de algunos sonidos selváticos de los discos más experimentales del Santana y obviamente la espiritualidad de John y Alice Coltrane.
Con esas referencias en la cabeza no puedo dejar de pensar en la tremenda experimentación que John Coltrane y Miles Davis plasmaron en sus momentos más creativos, igual también se puede escuchar un poco de referencias a Ornette Coleman, que obviamente hacia cosas casi barrocas para ser improvisaciones puras.
Entonces al escuchar lo que logran los Bent Arcana no me suena tan aventurado como los artistas de los que tomaron influencia, pero sí más aventurado que cualquiera de sus congéneres, incluso hasta más aventurado que cualquier jazzista de moda como Kamasi Washington, Takuya Kuroda o Jose James.
Pero también soy consiente que no son ni Miles, ni Ornette, ni son Coltrane, ni ningún tipo de John McLaughlin y tampoco es que quieran serlo. El disco es muy bueno, es el tipo de música es la que a un servidor le gusta escuchar, la que me inspira y alimenta mi alma.
El debut de Brent Arcana tiene toda la esencia para volver loco a cualquier escucha, es lo suficientemente impresionante para atraparnos y llevarnos a conectar con todas las fuerzas místicas para recordar nuestra existencia más espiritual, más primigenia.
Los motivos melódicos siempre estarán a cargo de la sección de vientos, las guitarras más que jugar en escalas jazzísticas, juegan entre adornos más psicodélicos, pero los pocos acordes que se logran escuchar son muy jazzeros, quizás, por momentos, pueden ser comparados con algo que sonaría en el mítico Tributo a Jack Johnson de Miles Davis. Claro, no tan aventurados, pero eso sí bien plantados y muy bien utilizados.
El disco termina sin terminar, la verdad es que al ser una sesión de pura y completa improvisación, no encontramos estructuras convencionales de canción, por lo tanto, no hay un final como tal.
Y al escuchar ese silencio del final, esperamos que comience la siguiente canción, pero el disco ha terminado y no hay más. Nos hemos quedado picados, queremos seguir escuchando y automáticamente deseamos que Bent Arcana siga vivo y se avienten un segundo álbum en algún momento, en el futuro.
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