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Beast Discos / 2014
Con un comienzo que nos coloca en la antesala de un emocionante viaje del que desconocemos su destino final, los chilenos penquistas de Mantarraya consiguen ponernos en la ruta inicial de su primer LP titulado Costa Esqueleto. El track inicial, “El Origen de la Vía Láctea”, cumple con la misión de encaminarnos por los sonidos y conceptos que los músicos buscan mostrarnos con ayuda de su sonido. En el viaje escuchamos rock, pero uno sofisticado, muy orgánico, alocado y lleno de esa bendita psicodelia. Sin duda, se trata de una propuesta que enriquece a una escena chilena siempre boyante.
Formado por cinco músicos procedentes de diversos proyectos como Bluestones, Perro Loco Tannen y Condición Zero, Mantarraya ha encontrado un estilo sólido; quizá como respuesta a su intenso viaje musical que los trae a este emocionante material, y quizá también como respuesta al proceso de cicatrización que se vivió de manera intensa en su natal Concepción tras el tremendo terremoto de febrero de 2010.
Antes de llegar a este álbum, Mantarraya hizo mucho ruido en la escena con canciones como “Ciencia Natural” de su primer EP homónimo, que queda como ejemplo de la fuerza de este proyecto; fuerza que si bien no disminuye en su primer LP, sí se podría decir que se ha cuidado de manera tal que escuchamos canciones más elaboradas y trabajadas. Se trata de un proyecto que brilla con mucha intensidad y desprende claridad.
“Naufragio”, segundo track del Costa Esqueleto, es una canción que pone toda la energía y fuerza de la banda bajo un orden claro y conciso, como si el álbum se hubiese producido bajo el cielo nocturno a las orillas de un mar donde las notas musicales sirven de alivio para los naufragios musicales. “Atlántida”, ya reseñado en Indie Rocks!, complementa y ejemplifica bien lo afirmado.
Desde el arte del disco, el nombre de la banda y las canciones, se percibe el ánimo de descubrimiento que el quinteto chileno se propuso para este material que es en su mayoría sólido, quizá por instantes sin mucha novedad, pero no por ello lento, aunque quizá un poco repetitivo. Varias canciones se parecen, quizá poniendo su carácter individual al servicio del colectivo, que es como se debe de escuchar el LP.
Si me preguntan, lo mejor del Costa Esqueleto se encuentra hacia al final; como antesala de otro viaje en el que volveremos a enfrascarnos; nosotros como escuchas, y los músicos como creadores y capitanes. Así sucede con la poderosa “Darwin” que antecede a uno de mis tracks favoritos, la magnífica y bien cuidada “Vía Láctea” que nos sacude con su propia fuerza por los caminos sonoros de un disco que no tiene desperdicio.
“Glaciares” y “Sinfonía del Mar” ésta última la que cierra el ciclo de este viaje sonoro, son otras muestras de una banda que ya da de qué hablar en Chile, y que en nuestro caso, empieza ya a hacerlo en nuestro país. Habrá que seguirles la música y permitirnos el viaje que nos proponen.