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Devil in the Woods / 2020
Somos interrogantes que deambulan, cada día con la misma pregunta: ¿cuándo esto pasará? Vamos soñando sin siempre recordar, más bien, añorando lo que no pasará. El que teme al silencio es porque teme a sus voces enfrentar, o simplemente no dice nada, porque de todos modos no le van a contestar. Prefiere quedarse dormido y nunca más despertar, pero tiene que hacerlo, y esas siestas a media tarde son el alivio para dejar de recordar, esperar, necesitar.
“El Abuelo” dicta su sabiduría y Vaya Futuro musicaliza una esperanza que a veces nos parece sórdida, pero que se mantiene gracias a la música. Y mientras seguimos como aves en nuestras propias jaulas, los matices instrumentales nos envuelven, la escucha se convierte en análisis y posibles comparaciones, pero no esto, esta es una frescura única y nunca antes escuchada, y es alentador en tiempos donde la creatividad se ve coartada o vendida al mejor postor.
Año 2020, “El Peso del Mundo” encuentra un nuevo significado para algunos que aún encerrados corren en círculos por su vida, y el piano y las cuerdas trazan un camino de esperanza. Las voces que invocan y responden y nos hacen fuertes. Vaya producción, impecable y envolvente, los tonos que devanean como hojas en nuestras lagunas mentales. “El Descenso” es también el crecimiento de una banda que ha salido avante a los cambios de formación y la pandemia, a los planes arruinados y la imposibilidad de tocar en directo. Pero el encierro deja sus frutos cuando en el estudio y frente a la consola, con un instrumento musical como arma, y la pluma y la libreta para trazar una estrategia, se fragua la batalla contra el silencio. Figuro una gran orquesta, múltiples sintetizadores, una colosal maquinaria, y aprecio una extraordinaria combinación de sonidos.
“Luciferina” fue una de las primeras muestras que tuvimos de esta evolución, o más bien diría desenvolvimiento, una azucena floreciendo alimentada por las influencias inmediatas que no quiero mencionar, cada quién las encontrará, e insisto, estas canciones son algo único, al igual que sus pequeños pero contundentes statements: “quiero dejar de sentir”. Lo genial de la simplicidad y estamos apenas a medio camino de esta obra: “Talión” como alta causa, opus magna, diablos, no me alcanzan las palabras rimbombantes, solo escucho y me dejo llevar por la marea de sonidos en un barco del presente que resiste los embates de la nostalgia, solo la luz que emana el monitor me sirve de guía cual faro en la oscuridad de la madrugada, el sonar me alerta de repente, silencios intermitentes, la ascensión del dramatismo, las pulsiones maniacas, la tormenta que arrecia y el romper de las olas que al final no nos destrozarán.
“((O))”, la transfiguración y la calma, el mundo está enfermo y clama por su salvación al piano, todos queremos irnos lejos de aquí, de nuestro propio hogar que se ha convertido en nuestra prisión, pero no nos damos cuenta que podemos pintar las paredes y hacer partituras, graffiti, dibujos, colocar fotografías, lo que sea que nos ayude. “7” y su encantadora arritmia, como nuestro corazón que a veces falla, “Heima” para viajar con la mente a un gélido y hermoso paraje en Islandia, los mensajes subliminales y de nuevo la gran ejecución de cada instrumento, esto es más que un power trío, es una maquinaria de tiempos, secuencias y ambientes perfectos.
A veces nos falla “Florecer”, darnos cuenta que la vida nos guarda muchas cosas maravillosas como la música, y aunque la oscuridad a veces nos arropa, las luciérnagas iluminarán nuestro camino a la salvación. El Peso del Mundo estrellará el panorama de la inventiva musical a nuevas generaciones que no encuentran en lo comercial lo que los inspire, en lo bailable lo que los salve, en lo popular lo que los haga analizar y apreciar los coros, la lírica, los arpegios, los cambios de ritmo y mood, la identidad que Vaya Futuro materializa en tan solo 10 canciones. Aquel que nació perdido puede encontrar un camino con este disco.
“Sosiego” concluye una compleja gama de canciones que en su conjunto es infalible, pocas veces tenemos oportunidad de escuchar una obra tan ideal y necesaria en tiempos confusos, el peso de este disco radica en su creatividad, nada sobra ni falta, y todo merece una delicada escucha y análisis. Vaya Futuro ha hecho de el presente su visión del pasado, y de la eternidad su lugar en la historia de la música mexicana.