7
Caroline International / 2018
15/Ago/2018
En una época en la que no existían las Instagram Stories nuestros sentidos eran absorbidos por los excesos, era una época en dónde ebullía el eclecticismo –teníamos un pie en el pasado y el otro apuntando al futuro– nuestro instinto voyeurista era saciado por MTV, y las fiestas subterráneas, toda una escena emergiendo en medio de la crisis, que parece ser el común denominador de esta generación nacida en los ochenta. De pronto nuestros televisores fueron asaltados por un par de chicos pálidos corriendo por las calles de Edimburgo; el silencio se rompe con el estruendo sincopado de una batería, el enfrenón de un auto, ritmos llenos de adrenalina que parecen haber sido concebidos bajo la influencia del speed, la enunciación del manifiesto: Choose Life, y al fondo la voz de Iggy Pop surge como un mantra que proclama su sed por vivir: "Lust for Life". 1996, no había nada fuera de lugar, nada era políticamente correcto. La primera edición de Trainspotting nos transporta en un viaje lisérgico que refleja la decadencia de la época, sin embargo este cuadro no estaría completo sin la intervención de Underworld para cerrar este film épico con "Born Slippy (NUXX)" portando en su ADN la escena techno, la cultura clubbing, la revolución de la música electrónica, la filosofía PLUR y todos esos elementos, que ahora suenan a nostalgia metamoderna. Trainspotting significó el renacimiento de Iggy Pop, y el paso a la fama para Underworld que todavía interactuaba la escena underground.
No obstante tuvieron que pasar 22 años, para que Trainspotting se asomara nuevamente, en una versión más diluida, y confabulara para que estos dos grandes –en sus respectivos géneros– pudieran coincidir en la misma órbita, pero esta vez en una atmósfera menos enteógena.
2018 ya no hay que demostrar nada a nadie, en Teatime Dub Encounters, no hay manifiestos, solo la narrativa postmoderna de Iggy enunciando un Apocalipsis rosa.
"Bells & Circles" es el primer track de esta fusión en donde el techno y el punk rock, se unen para crear este híbrido que en conjunto y de primer oído no alcanza esa alquimia que pudiéramos esperar, Iggy expresa su inconformidad ante la actual libertad condicionada, ya no se puede fumar en el avión, todo se rige por las leyes del Karma y el buen comportamiento, ésta pieza de ocho minutos, que porta un tinte fílmico nos deja claro que el mundo ya no es “loquera”; por el lado de Underworld podemos apreciar un remanente del primer sencillo de su última producción: "I Exhale", y si nos atrevemos a ponerle mute a la voz de Iggy Pop, podemos encontrar un gran tesoro. "Trapped" es el siguiente corte que nos remonta de una manera sutil a aquellas épocas oscuras del electro punk, sostiene un espiral hipnótico que te atrapa hasta el final. En "Lust for Life", Johnny traía el alcohol y las drogas, 20 años después tiene una hipoteca y una casa, está atrapado.
"I’ll See Big", el segundo sencillo de esta producción, entra pausada rompiendo con la adrenalina de los dos primero tracks, Underworld crea una atmósfera onírica, con suaves reverberaciones eléctricas que le aportan un highlight emocional, la pieza se desarrolla tenue con coros etéreos y espaciados, la letra está inspirada en una conversación entre Pop y Danny Boyle, sobre la amistad, las expectativas y la pérdida de la misma, que resulta ser no solo uno de los ejes de la secuela de Trainspotting sino un reflejo autobiográfico del llamado padrino del punk.
En el último track, Iggy Pop no ha perdido la cabeza, le han robado su camisa, lo que resulta irónico es que este ícono del eterno torso desnudo, la reclame de vuelta, más allá del significado metafórico de "Get Your Shirt", Underworld la describe como un lamento por malas decisiones, estafas e idiotas no queridos. Un cierre pegajoso upbeat con reminiscencias dance y texturas electro dark que no debe tomarse muy en serio porque resultaría decepcionante y caótico.
8
Domino Records / 2018
14/Ago/2018
Hace menos de dos años, Dave Longstreth –eje creativo en torno al que gravita ese metamorfo sonoro llamado Dirty Projectors–, nos hizo confidentes de su purga amorosa a través de un álbum homónimo, que –alejado de la alineación que nos era familiar–, enfocaba su sonoridad en la fría mecánica los sonidos electrónicos y las voces distorsionadas.
En el, narraba –nunca de la manera más civilizada, porque el desamor carece de esa forma– la ruptura con Amber Coffman, aquella mujer que no solo había sido su complemento sentimental, sino parte fundamental del sonido que caracterizó al proyecto desde su llegada en 2006 cuando grabaron Bitte Orca, una de sus producciones más representativas.
A menos de dos años, pasado el exorcismo, Longstreth quiso también inmortalizar ese renacer luminoso que se experimenta cuando el dolor pasa a ser parte del olvido. El resultado: Lamp Lit Prose (Domino Records), un disco compuesto por diez temas cuyo cimiento lírico aborda, por un lado –ligero, pero determinado–, la critica hacía una sociedad descompuesta y por otro, la fresca esperanza que solo puede representarse a través de la figura de un amor recién nacido.
Intrincados planteamientos poliritmicos, peculiares y desarticuladas harmonías vocales, arreglos orquestales que van de lo clásico pasando por el jazz y el R&B, guitarras de líneas disonantes, pero también melódicamente hermosas, secuencias, programación, síntesis y un manejo casi maquiavélico de la tímbrica instrumental, son algunos de los elementos más representativos en el sonido de Lamp Lit Prose (particulares también en la historia del proyecto) que, a diferencia de su antecesor –o quizá como consecuencia obligada a su presencia– brindan mayor espacio a los sonidos orgánicos que a lo electrónico.
Si bien, la mayor parte de los instrumentos fue grabada por Dave, la sección rítmica que da solidez a sus volteretas kamikaze se integra por dos viejos cómplices: Nat Baldwin en el bajo y Mike Johnson en la batería. En el cuerpo que integra la sección de metales también existen elementos que ya antes habían colaborado como Todd Simon, Tracy Wannomae, y Julian Graf. Y por último, sumándose al hechizo de la texturosa poliritmia, el percusionista Mauro Refosco.
El área vocal merece mención aparte ya que –para ocupar el vacío que Coffman y Deradoorian dejaron con su partida–, Longstreth convocó a un interesante ejercito de colaboradores de incluye en sus filas a HAIM, Empress Of, Syd de The Internet, Amber Mark, Dear Nora, Robin Pecknold (Fleet Foxes) y Rostam (ex integrante de Vampire Weekend).
Como nota al margen quizá sea prudente mencionar que hubiese sido interesante escuchar un poco más de la personalidad de estas peculiares voces, da curiosidad saber que podría resultar de una colaboración un poco menos dirigida.
En cuanto al diseño de la portada, es imposible obviar el uso de una iconografía recurrente en la banda: las burbujas en azul y rojo. Mismas que aparecieron por vez primera la tapa de Slaves’ Graves & Ballads (2004), y años más tarde en Bitte Orca (2009), gesto que en su momento nació como un impulso que unificaría la vieja, con la nueva historia de la banda.
Una vez más, junto a Rob Carmichael a cargo del diseño, Dave incorpora las burbujas a su diseño, aunque esta vez dispuestas sobre un fondo compuesto por flores y vegetación, gesto que quizá sugiera el nacimiento de una nueva etapa en la existencia de aquello que se hace llamar Dirty Projectors.
“Right Now” (feat. Syd de The Internet)
Riffs de guitarra que se entretejen in crescendo y rebotan en las bocinas creando una sensación de profundidad en estéreo. Conforme se va desarrollando, cada verso añade un pequeño detalle rítmico o sonoro.
A nivel de producción, hay una exquisita claridad en la importancia de utilizar las texturas y los planos sonoros, tomando desiciones que podrian parecer disparatadas, pero cuyo resultado es impecable. De esa forma, entre fragmentos de distintas sonoridades se tejen complejas melodías en donde es se hace posible unir pop, disonancias y formas clásicas tan bien estructuradas que parecen pertenecer al mismo universo.
Al escuhar con detalle, es delicioso escuchar la habilidad de Dave como arreglista. Tema que se estructura en la suma y resta de elementos timbricos y melódicos, desarrollándose sobre un pop de manufactura complicada.
El aspecto lírico expone en el uso de sus referencias metafóricas, la elección de un intelecto complejo y caprichoso. Es también uno de los temas más pegajosos del disco, el riff de guitarra con motivos africanos está construido de forma que es imposible sacarlo de la memoria.
“That’s A Lifestyle” (feat. HAIM)
Líricamente es clara la critica a la descomposición de los tiempos modernos. Las líneas guitarristicas que echamos de menos en la producción pasada, se muestran aquí en toda su riqueza. En la médula musical es posible percibir todos aquellos elementos que configuran en sonido más conocido de Dirty Projectors.
“I Feel Energy” (feat. Amber Mark)
Hocketing R&B que te seduce con sus pegajosas líneas de metales y el falsetto elástico de David.
Aquello que cansa de algunas producciones modernas es la predictibilidad de sus estructuras, pero aca, aunque se trate de pop en su máxima expresion (habra que quitarle el prejuicio a la palabra) no hay nada convencionalismos.
“Zombie Conqueror” (feat. Lorely Rodriguez aka Empress Of)
Tema en donde el tiempo se desplaza de binario a ternario con ligereza, mientras riffs de guitarra con personalidades distintas co existen sin esfuerzo dentro de una estructura narrativa en constante movilidad.
“Blue Bird”
Destaca la confección de sus arreglos, que logran en su cuidadosa ejecución la sensación de un día de florecer primaveral: Sintetizadores, metales y elementos de percusiones conversan en circulo perfecto, mientras las voces tejen un contrapunto de suma belleza. Líricamente, hay algo en la insistencia de la figura femenina que crece y se manifiesta a lo largo del disco como un bálsamo.
“I Found It In U”
Polirritmia de influencias africanas que conviven lineas guitarristicas de evidente genetica rock (distorsionadas y disonantes) con melodías solidas que se abren y cierran a placer.
“What Is the Time”
Ese coqueteo vocal con el R&B que en el disco pasado se percibía gélido y sombrío, ahora madura para revisitar la epoca de Motown Records. Sí, siempre desde su propio ángulo, pero con una increíble claridad de aquello que hay que mantener –voces, estructuras armónicas y rítmicas, instrumentación– en orden de lograr el efecto deseado. Referencias musicales retorcidas con tanta maestría que no se nota que han sido re interpretadas.
“(I Wanna) Feel It All” (feat. Katy Davidson de Dear Nora)
Exquisito arreglo deconstruido de jazz donde metales y cuerdas llenan el espacio de una armonía que transita entre acordes mayores y menores. Resaltan sus arreglos vocales pero sobre todo, la habilidad de lograr que lo complicado se vuelva fácil para el oído, misma que permite al escucha un fuerte vinculo emocional.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos