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Ultraísta — Sister

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Ultraísta
Sister

Partisan Records / 2020

Artista(s)

Ultraísta

Ultraísta juega a edificar paisajes sonoros que se convierten en un caleidoscopio musical.

Tras ocho años de inactividad Ultraísta, la agrupación compuesta por el productor y músico Nigel Godrich (quizá lo recuerdes por ser parte medular del sonido de Radiohead); el baterista de sesión Joey Waronker (Beck, R.E.M.) y la cantante y productora inglesa Laura Bettinson (aka FEMME), regresan con Sister, su segundo material de larga duración listo para estrenarse el día de hoy vía Partisan Records.

En su debut homónimo  (Ultraísta, 2012) el trio dejó trazado un camino que experimentaba con el krautrock, la electrónica y el afrobeat; una especie de manifiesto sonoro influenciado por el arte pop, la poesía dadaísta y el cine que invitaba al baile con sus estructuras de rítmica impetuosa y el uso de sintetizadores como instrumento principal.

De esa misma veta – con la respectiva evolución y madurez que dan los años de trayectoria-, se desprende Sister, un álbum que, no solo da fe de las múltiples habilidades musicales de sus creadores, sino que nos los muestra una faceta menos rígida.

Mucho del trabajo que es posible escuchar en Sister, nació de algunas sesiones de improvisación capturadas entre Londres y Los Ángeles hace tiempo. Sesiones crudas que Godrich esculpió sin prisa y con sobrada maestría en el estudio, para crear un marco estructural en el que Laura y Joey pudieran germinar sus ideas. Como si de un cut-up (técnica creativa utilizada por los dadaístas) sonoro se tratara: Cortar, reordenar, re editar sonidos.

A lo largo de los nueve tracks que componen el disco (cuya duración apenas rebasa los 40 minutos), la premisa musical se ve claramente fundamentada a través del uso de sintetizadores texturizados, beats polirrítmicos, y la cándida voz de Laura Bettinson que, sin mucho movimiento en su rango vocal, cohesiona aquello que sucede a nivel instrumental.

Cimentándose en un esqueleto rítmico sólido, Ultraísta juega a edificar paisajes sonoros, en donde la combinación de elementos armónicos y melódicos se convierte en un caleidoscopio musical manejado con suma destreza.

Si el oído se presta a una escucha minuciosa, podrá encontrar que cada composición está llena de pequeños oasis a nivel de producción, mezcla, estructura, timbrica y armonía. Detalles exquisitos que te harán emocionarte dependiendo del nivel de tu obsesividad melómana.

La linea de bajo de “Water In My Veins”, la mezcla sonora de “Harmony” o la casi estroboscópica forma de utilizar los sintetizadores en “Mariella” por mencionar algunos ejemplos.

Sin embargo, es difícil negar que si tu escucha no es tan detallista, la atención puede distraerse sin esfuerzo, ya que al jugar con la misma formula en cada tema, los escenarios se van volviendo cada vez más imaginables, de manera que son realmente pocos los tracks generan algún sobresalto significativo.

Destacan “Tin King”  primer sencillo de Sister, en donde la influencia de los ritmos africanos va cediendo su complejidad al baile con forma avanza el tema; “Anybody” , “Ordinary Boy” y su marcada influencia radioheadesca; el synth pop de “Bumblebees” con reminiscencias a The Postal Service; y “The Moon and Mercury”. En estos dos últimos temas lo predecible da un vuelco, dibujando en el paisaje recovecos sugestivos en donde incluso la voz de Bettinson se torna más vivaz y ondulante.