8
Drag City / 2016
21/Ene/2016
Dicen por ahí que toda creación artística refleja el inconsciente de su creador. En el caso de Ty Segall, y su más reciente material Emotional Mugger (próximo a salir bajo el sello independiente Drag City), una idea asalta nuestra mente: absurdo emocional.
Desde que la noticia de su existencia salió a la luz, el disco ha estado rodeado de detalles poco convencionales, como hacerlo llegar a los medios especializados mediante una cinta VHS (formato en desuso y casi desconocido para las nuevas generaciones) y subir una serie de extraños videos a la página oficial (en uno de ellos es posible ver a Segall y a su banda tocando en vivo mientras portan mascaras con rostros de bebes siniestros), entre otros. Detalles que dan vida a un imaginario bizarro y lleno de sarcasmo.
La portada del disco, por ejemplo, muestra a una terrorífica muñeca de porcelana con las cuencas de los ojos vacías como si se tratase de una imagen sacada del universo de los hermanos Quay, mientras que en el extremo inferior se observa un recorte circular con la leyenda “No man is good three times”, eslogan utilizado en los años 40 por los republicanos contra la tercera reelección de Roosevelt en los Estados Unidos.
Al hablar de lo estrictamente musical, podríamos decir que este material se aleja de toda estructura, estabilidad y asepsia creativa. Conduciendo al escucha hacia un lugar en donde toda representación inconsciente puede tomar la forma que le apetezca, un lugar habitado por personajes disociados que intermitentemente pierden y recuperan su cordura.
Guitarras extremadamente ruidosas, una voz sucia y disonante, sintetizadores ásperos y patrones rítmicos poco comunes arrojan a Segall fuera de su zona de confort. Irrigando su tradicional sonido con un caos imaginativo y fértil gracias a una producción delirantemente articulada, cada sonido tiene su espacio y los instrumentos mutan de personalidad de un track a otro.
Destacan temas como “Candy Sam” en donde se logra un balance entre lo experimental y lo digerible, mostrando uno de los mejores solos de guitarra del disco en conjunto con una melodía envolvente y pegajosa; “Mandy Cream”, que muestra un sonido casi único en la discografía de Segall, y “Baby Big Man (I Want A Mommy)", en donde la voz delirante de Segall se desfasa y se reencuentra intermintentemente, mientras la batería cohesiona una composición desarrollada en la elasticidad de una armonía volátil llena de atípicas ideas musicales.
Si bien Emotional Mugger es un álbum que seguramente dividirá opiniones, lo más interesante es saber que existen artistas que obedecen a su necesidad creativa sin miedo a defraudar a la crítica, sin necesidad de demostrar nada a su público. Al final del día, es la honestidad quien mantiene a flote y valida el trabajo de aquellos se atreven a ser fieles a su propio llamado.
9
Matador / 2015
18/Ene/2016
Con esas palabras describe Jehnny Beth la serie de presentaciones que tuvieron en Nueva York a principios de 2015, donde tocaron por primera vez las canciones que habrían de formar parte de la nueva producción de estudio de Savages, después de Silence Yourself, su poderoso debut de 2013. A pesar de que todos los temas ya estaban compuestos para ese entonces, faltaba el factor adrenalina que solo una presentación en vivo puede dar para terminar de definir si una canción está transmitiendo el mensaje correcto. “La gente en América no tiene miedo de la confrontación como una expresión de amor”, aseguró.
Y eso puede resumir a grandes rasgos lo que es Adore Life. Es el amor reflejado a través de todos los sentimientos encontrados que coexisten en dicha expresión humana, sin preocuparse por la presión de mantener el nivel en el que las puso su álbum debut, ni dejarse intimidar por las exigencias de las disqueras, manteniendo a su equipo de casa para explotar lo mejor de ellas.
A pesar de que suena a que crearon nuevamente una oda a la rebeldía, ahora es diferente. Ya no son las anarquistas que tiraban bombas molotov a la menor provocación. Ahora son las estrategas que encuentran la calma en el desorden y lo usan a su favor. Encontramos en todo el disco un sonido mucho más producido pero igual de estridente. Al dedicarle más tiempo al estudio y grabar todos sus instrumentos por separado —a diferencia de Silence Yourself— encontraron la maestría que puede existir en el ruido, consiguiendo una agresividad más elegante pero no por eso menos efectiva.
Abriendo el disco con “The Answer”, pareciera que todo va a ir por el camino que ya conocíamos. Ritmos agresivos. Letras pegadizas y repetitivas. Por algo fue seleccionado como el primer sencillo del disco. Hace creer que Savages continuará con la fórmula probada, pero no es nada más que un teaser que anticipa lo que viene y que probablemente no habríamos esperado. Jehnny Beth quería escribir temas de amor que salieran de lo clásico, "encontrar la poesía y evitar el cliché”.
“Evil” comienza a demostrar ese giro; una etapa más nostálgica y emotiva que contrasta con Beth diciéndonos que no intentemos cambiar o nos van a derrumbar. Con “Sad Person” coquetean a su manera y la guitarra de Gemma Thompson comienza a tomar protagonismo sobre el bajo de Ayşe Hassan, al que estamos acostumbrados.
“Adore” es sin duda el punto más fuerte del disco; un giro total en el sonido de Savages que suena a algo que solo ellas pueden transmitir: el sentimiento de urgencia por la vida contado a través de la historia de un amor llevado a los extremos, resultado de la exploración de Beth a la poesía de Minnie Bruce Pratt. Solo a través de una balada, Savages podía descubrir la importancia del silencio para enfatizar un discurso, lo que abre la puerta a la perfección para "Slowing Down in the World", que literalmente detiene el mundo para estar con la persona que amas; algo que suena romántico pero que con los riffs desgarradores nos da a entender que en realidad no lo es tanto, justo como viene a recalcar “I Need Something New” con su introducción a capela y su agresiva declaración en contra del aburrimiento. Precisamente, este es uno de los temas centrales del disco y la fuerza que dirige “When in Love”. ¿Es el amor o el aburrimiento el que nos lleva a hacer las cosas? Ese es el dilema que muchas veces nos lleva a someter nuestros ideales, tal como termina de declarar “Surrender”, llegando a uno de los puntos más emotivos del álbum.
Con “T.I.W.Y.G.” parece como si todo hubiera sido una misa y este fuera el sermón final en el que se nos dice: “Esto es lo que pasa cuando te metes con el amor”. Es en el segundo sencillo del álbum donde precisamente se retoma esa fuerza que caracteriza a Savages, y que nos hace sentir como si Beth nos estuviera regañando —y sabemos que nos lo merecemos—. Hacia el final de la canción, dudamos de su verdadero significado por las risas que escuchamos en el outro del tema y que contrasta con la serenidad y romanticismo de “Mechanics”, tema que cierra Adore Life y que deja una mezcla de emociones a flor de piel.
Porque justo eso es este disco. En muchas ocasiones lo anunciaron como un disco bestial, pero a mi parecer es uno de los discos más humanos que he encontrado. Para hablar de amor no todo tiene que ser rosa, porque en realidad no lo es. Es esa polaridad de sentimientos que transmiten tema tras tema la que refleja la volatilidad del ser humano que en el fondo lo define y lo hace adorar la vida.
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