8
630315 Records DK / 2017
24/Ene/2017
Como método de defensa, las vibraciones provenientes de sus tracks, respaldan el honor y la fuerza que Tripnotik ha mantenido desde sus inicios en el 2005. Motivados por los sonidos nacidos del downtempo y las mezclas de dub y trip hop, llegan este 2017 con Humanizer, su nuevo material discográfico.
Después de haber disfrutado PainKiller (2007) y Blow Your Mind (2009), Tripnotik regresa tras siete años al estudio; en esta ocasión a Ruido Kamikaze Estudio y Mono Aural Estudio. Con un diseño y formato de matices oscuros, los tracks penetrados en este disco respaldan el glorioso estilo que representa a los DJ mexicanos.
"Rehumanizarnos como individuos ante un entorno hostil" es la definición que los músicos han elegido para severo trabajo. Un disco [EP] saludable para la poca luz interna, disfrutable para la inmensa hambre de sobrevivir y de acojo entre lo tecnológico y lo humanamente violento.
Este, su tercer EP, está integrado de seis tracks que se encuentran ligeramente más inclinados por ritmos dreampop y la versatilidad del shoegaze sin dejar olvidado el original downtempo que mantiene su estilo. Siendo un proyecto nuevo, Tripnotik apuesta por el sonido de baterías acústicas y secuencias programadas dando, con gran claridad, un diseño sonoro novedoso, ingenioso y espectacular.
Un EP afortunado y dichoso. Majestuoso por las ingeniosas colaboraciones de talentos egregios como Teresita Cabeza (Testa) y Pablo Portillo; Ardían Michel (Capo), Ana Paula Enriquez a.k.a Weedow (Jungle Empire), Chatrán González (Klezmerson), Hugo Madrid, Ramón Negrete y Claudia Morfín (ex Nona Delichas).
Si quisiésemos descifrar qué razón de ser tiene Humanizer, es posible descubrirlo al primer minuto de “Intro”, la canción número uno en el listado. Con sutiles sonidos que producen ansiedad y paciencia a la vez. Una voz que te motiva a no parar la reproducción.
Dirigiendo lento el camino, “Dark clouds” alumbra el andar que representa la nueva aventura de Tripnotik; con la agudeza y delicada voz de Weedow, el segundo track te empuja sobre estas vías hasta, rotundamente, parar y reflexionar el contexto con “Desaparecer” de fondo: un tema monumental que acapara sonidos de diversas culturas musicales entre dilatados sintetizadores y ritmos árabes.
Con un título alucinante, “Starburst/brote estelar” llega a plasmar el paisaje. Un track colocado en la posición cuatro, mismo que permite originar el destino del éxodo. Distinto, divino e instrumental.
Y así, vagando en constelaciones musicales, podemos disfrutar de “A son for life”, hasta el final con “The inluencer”; una canción precisa para el cierre del pasaje. Un track que alumbra la esencia; que sus ritmos motivan a un vaivén del cuerpo, donde las manos se ordenan por si solas y el talón no pierde el camino. Enigmática, encendida y prendida.
Producido de forma directa por Tripnotik, con el auxilio de Jaime Lozada Brown. Dejando la batuta de mezcla y master a Pablo Portillo, masterizado en los estudios TNTi de la Ciudad de México y con la fotografía de Raúl Merino Ruíz y diseño de Ernesto Cerros, Humanizer presume ser un gran disco, con excelsas colaboraciones y un ritmo melodiosamente acéntrico, clasificado y especial. Es tan solo, el soundtrack para tragar esta realidad.
9
LSDR Records / 2017
23/Ene/2017
El sonido de las trompetas como si fuera la obertura de un documental de Carl Sagan nos introduce a “Weightlesness” y el lento andar de las cuerdas de la guitarra, la voz en sample que se disuelve para dar paso al conteo que nos llevará al espacio siniestro que crea Vinnum Sabbathi con el golpeteo de la batería y los efectos en las seis cuerdas que parecen ahogarnos en una espiral de amplificadores.
Gravity Works como primer álbum y el cero en el conteo de su permanente viaje sideral, voces de cosmonautas que nos guían entre las nébulas y cometas: “Early Works”, 11 minutos de experimentación sonora que bien podrían musicalizar nuestro andar evitando hoyos negros e impactos de meteoritos, la carrera espacial idealizada, de la magia que evocaría ver una galaxia sin necesidad del telescopio Hubble al pánico que trasfigura en potentes riffs por no poder volver a salvo a la tierra como en la fallida misión a la luna del Apolo 13. Todo lo que figuró Isaac Asimov desde Fundación hasta El Colapso Del Universo es la inspiración para este cuarteto que se encuentra por emprender su primera aventura en escenarios europeos.
“Gravity Waves” y el perfecto ejemplo para colocar a este cuarteto al mismo nivel de bandas como Agalloch, Inter Arma, Pallbearer o YOB y darles una noche estelar en el Saint Vitus Bar en Brooklyn. Algidos azotes a las cuerdas eléctricas, la lenta pero constante y pesada marcha de la batería, la astronomía domina, las estrellas se alinean en pro de la devastación.
“Loop Quantum Gravity”, la demencia espacial que nos envuelve al vernos alejados de la estación internacional que nos tenía enganchados con un cable a la vida primitiva, a la deriva entre el bajo que evoca ondas gravitacionales que nos alejan cada vez más de nuestra zona de confort. Tormentas sónicas que provocan el malestar global.
“The Probe B” y el incierto aterrizaje, el regreso a la tierra prometida y el inicio de una nueva misión para Vinnum Sabbathi: que la gravedad los haga flotar muy alto en cada escenario que visiten, que las buenas críticas de los medios especializados del sludge/doom los sigan inspirando a crear obras aún más majestuosas, que la gente se dé cuenta que no todo en el rock mexicano son viejas glorias y nuevas “magias” que se pierden en estaciones de radio. Lo cruento y pesado también puede resultar catártico e inspirador como observar el cosmos.
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