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Caroline / 2016
Con veinte años de carrera sería imposible que una banda no hubiera ya establecido o descubierto su sonido característico. Con el lanzamiento de su anterior producción Where You Stand en 2013, efectivamente la banda ya tenía claro donde estaba parada. Ahora, su octava entrega Everything at Once reafirma que Travis ya tiene una esencia, una identidad.
Este esfuerzo comienza con “What Will Come” que con una letra optimista marca la pauta de las nueve canciones que le siguen. “Magnificent Time”, que ya se había dejado escuchar previamente, tiene todas las características para ser una de las canciones más coreadas en un concierto: ritmo, letra y sentimiento.
“Radio Song” me recuerda en momentos a uno de los clásicos de la banda, “Love Will Come True”. Si bien se tratan de cosas completamente distintas, evocan el mismo grado de romanticismo. Este romanticismo se detiene con “Paralysed” y “Animals”, las cuales bien podrían ser canciones de Coldplay aunque tengan la intención de innovar utilizando cuerdas y unos excelentes acordes de bajo que tristemente se ven desperdiciados aquí.
A estas alturas, el disco se ha tornado ligeramente monótono por lo que resulta sumamente adecuado que “Everything at Once” esté en este lugar; es elegantemente llamativa con un poco de energía y vitalidad. “3 Miles High” pasa sin pena ni gloria, al igual que su sucesora “All of the Places”.
Sin embargo, “Idlewild” destaca entre este mar de familiaridad. Con un cambio de tono y voz para el coro, es la canción más arriesgada. Logra de alguna manera salirse del radar sin alejarse de la esencia de Travis. El final llega con “Strangers on a Train” que, sin ser memorable, es un buen cierre con un dejo de espiritualidad.
En general, Everything at Once es escuchable porque es cohesivo: sigue la misma línea en todas las canciones. No es mejor o peor que sus predecesores, es un esfuerzo bien producido y ejecutado pero es igual de predecible. Esto puede significar dos cosas: Travis ha establecido su sonido ideal y ha llegado al tope de su talento –espero no sea el caso–, o ha decidido quedarse en su zona de confort porque funciona para sus seguidores.