7
Young Art Records / 2017
09/Nov/2017
Lune Rouge, la nueva era musical de Jennifer Lee —nombre verdadero de TOKiMONSTA— sorprendió por el cambio que mostró a su antecesor FOVERE. Su más reciente placa se nota más elaborada gracias al sonido de colaboraciones con músicos de la talla de Selah Sue, MNDR, Yuna, Io Echo, Isaiah Rashad, Joey Purp y Ambré.
A lo largo de 11 canciones, Lune Rouge nos lleva por un viaje musical inspirado por el fenómeno de la Luna Roja, asociado también con su estado de animo derivado de su experiencia con la enfermedad de Moyamoya, cuyas secuelas pudieron dejarla fuera de la industria.
La parte introductoria del disco está dividida en dos partes, por un lado "Lune", una combinación de relajantes violines y, por el otro "Rouge", una canción que utiliza una guitarra para explotar con una dosis de beats en compañía de frases como "I, I see the lights, In your feeling" interpretadas por la propia TOKiMONSTA.
Este disco puede ser el playlist de cualquier amante de la música del género electrónico, o al menos eso declaró Lee en el Daily News. "En una generación donde todos están muy centrados en las listas de reproducción, este álbum podría ser una de ellas". Y efectivamente, el desamor, la esperanza y el coqueteo son cuestiones con las que lidiamos casi las 24 horas de nuestras vidas.
Para seguir con la línea de su LP de manera inmediata suena "Thief", un track romántico al puro estilo R&B —género que predomina a lo largo de este material— en colaboración con SAINTS, una forma de declararle su amor a una chica invitándola a bailar con un beat contagioso y una letra muy juguetona.
Sin duda, una de las canciones clave de este proyecto es ''I Wish I Could'' que –de acuerdo a la originaria de Los Angeles– fue la primera creación de este álbum luego de su recuperación y donde nos menciona de manera indirecta su incidente con la extraña enfermedad cerebral que la aquejaba. Este tema es el que queda de manera fácil en la memoria debido a la interpretación de su colaboradora Selah Sue, cuyas líneas mencionan ''I wish I could be better, I wish I could do better, I hope this stays for better, I'll be longing for peace anew'' con un tono agudo que transmite fuerza.
El nuevo disco de la DJ también cuenta con canciones que buscan demostrar que –a pesar de haber iniciado desde cero– no perdió la habilidad en la tornamesa. "Bibimbap" y "Rose's Thorn" son piezas que cuentan con sonidos experimentales y ambientales, un gran acierto para eliminar la idea de que lo electrónico son únicamente beats y bajo excesivos.
TOKiMONSTA logró fusionar sonidos orientales con ritmos urbanos como en "Don't Call Me" , una colaboración con YUNA, en donde a lo largo de 3 minutos el trap y la melodiosa voz de la cantante de origen malayo nos transmiten un sin fin de emociones.
Para finalizar este material llega "Estrange", una canción sobre la soledad, el adiós y la extrañeza, donde con una voz cuasi-celestial Io Echo nos invita a reflexionar sobre un futuro sin nosotros y le dan un cierre circular a Lune Rouge.
Sin duda, TOKiMONSTA nos demostró que –a pesar de las adversidades– siempre se puede crear música.
8
XL Recordings / 2017
08/Nov/2017
Después de haber exteriorizado en su debut homónimo el sufrimiento que trajo consigo las muertes de su hermana Yanira y de su padre Anga Díaz, Ibeyi decide profundizar en los temas que a todos como sociedad nos conciernen en su segundo material Ash.
En esta placa Ibeyi lleva a un nuevo nivel los terrenos explorados previamente; texturas melancólicas dirigidas por sus voces en suaves armonías como en "Valé” –tema dedicado a su sobrina, hija de su hermana fallecida– o relieves dominados por estridentes percusiones que se empalman con gritos que reclaman justicia como “Deathless”, una melodía inspirada por el arresto que sufrió Lisa a sus 16 años en París debido a que el policía creyó que era dealer –y cuyo clímax está a cargo del saxofón del músico Kamasi Washington–.
Otro momento lleno de fuerza se vive en “No Man is Big Enough for My Arms”, que toma su nombre del libro autobiográfico de Jennifer Clément, La viuda Basquiat y que se desarrolla en diferentes segmentos de un discurso de Michelle Obama emitido en 2016, donde el fragmento con más presencia en la canción también es el más contundente. “Una sociedad se mide por cómo trata a sus mujeres y niñas”. Hacia el final, entre aplausos, el mensaje resplandece con esperanza en la oscuridad de la armonía sin pretensión alguna, buscando penetrar y hacer conciencia en uno de los problemas de la sociedad que más pesa hoy en día en cuanto a equidad de género.
A pesar de la seriedad de estos asuntos, Ibeyi se toma un descanso en “Me Voy”, primer corte en español por las gemelas, en la cual se unen con La Mala Rodríguez para hacer un sencillo amigable y totalmente bailable. Aunque este es el más alegre en Ash, “I Wanna Be Like You” también se desenvuelve en un ritmo upbeat.
Aunque emplearon recursos no tan bien recibidos como el Auto-Tune, Ibeyi jugó con un mayor uso de sintetizadores que brindan interesantes matices musicales y beats poco peculiares como en “Ash”, tema que cierra el álbum y que es una especie de oración a la deidad Elegua o “Waves”, melodía donde solo brilla la voz de Naomi. Pese a estos experimentos, el dúo franco-cubano mantiene los guiños a sus raíces con algunos cantos tradicionales en yoruba y referencias espirituales.
Al igual que en su primer placa, Richard Russell –el hombre al mando de XL Recordings– estuvo a cargo de la producción en Ash y logró crear una amalgama perfecta entre el sonido impreso en su pasada entrega y la evolución del mismo, progreso que también se refiere a un cambio en la mente como en “Transmission/Michaelion”. Este último tema resulta ser –en palabras de Lisa– el corazón de este disco y habla sobre hallar en nuestro interior aquello que nos une como seres humanos; a la mitad de la canción se incluye un verso extraído del diario de Frida Kahlo recitado por Maya Dagnino, madre de las compositoras.
Ibeyi se ha apropiado –en el buen sentido de la palabra– de los tópicos externados en este material y desde su trinchera musical, ha roto el silencio que es el primer paso para dar un cambio, el cuál no se siente falso y nos hace anhelar el siguiente paso del dúo.
“Hay un acomodo celular.
Hay un movimiento. Hay luz.
Todos los centros son los mismos.
La locura no existe.
Somos lo mismo que ya fuimos y seremos,
sin contar con el estúpido destino".
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