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City Slang / 2017
En una era de glamour vintage, los soudtracks que acompañan el ritmo de un vivir deben gratificar las añoranzas de aquellos buenos tiempos. El halago de purificar la verdadera música se ha vuelto escaso, a tal grado de orillar al escucha a conformarse. Afortunadamente Timber Timbre rescata el veredicto.
La agrupación canadiense, Timber Timbre, emerge desde aquellos –aparentemente lejanos– días del 2009 con una mezcla entre Toronto y Montreal. La música que desenvuelven estos magnos artistas ha logrado actuar, literal y espiritualmente, como el soundtrack de una thriller llamado: vida. La película más eterna y aterradora posible.
En un año de atesoramiento retrograda y consumo digital incontrolable, Taylor Kirk viene a rescatarnos del atropello. Con su sexto material discográfico, los dueños del blue/rock alternativo, llegan a engrandecer su teorema: musicalizar el ambiente. Sicerily, Future Pollution es el nuevo trabajo de estudio de la banda. Un disco alejado de lo que ellos, en tiempos pasados, consiguieron ambientar. Grabado en algún rincón de París, el álbum es un logro excelsamente hermoso, pero abrumador a la vez. Organizado en nueve tracks, se siente ambicioso, sensible, e histórico.
Después de teclear play, no llega ni siquiera el segundo seis cuando una abrazadora batería cautiva tus sentidos. “Velvet Gloves & Spit” nos yergue. El canto armonioso de Kirk imbuye a lagrimear, a retomar las acciones más allegadoras. Confunde el sentir con la escucha. La melancolía es la esencia de este LP. Es, para mí, una de las facetas más ocultas de Taylor y compañía. La melodía te lleva a un lugar al que creíste nunca volver…
Con electrónica psicotrópica, “Grifting” nos despierta del enajenado viaje. Una canción acoplada en su perfección: voz, bajo, sintetizador, coro, cuerpo. Una melodía difícil de olvidar por su título. Momentos turbios, momentos descomunales. Se comienza a disfrutar el recorrido de esta contaminación futura.
Tercer paso, “Skin Tone”. Una verdadera línea. Es el momento correcto que dicho conjunto se dio para adaptar lo que en realidad saben hacer. Un track que nos adentra al pasado de su música y nos proyecta a su nueva etapa. Un tema sin letra, sin voz, sin aliento; tan sólo, el vaivén de los sintetizadores.
Con el apoyo de una batería alineada y vibraciones sintetizadoras, se reproduce uno de los sonidos más eternales. La letra más sublime: “Moment”. ¿Hermosa? Decídelo tú.
El viaje es realmente alucinante. Timber Timbre sabe perfectamente cómo estructurar la música de nuestras acciones y sentimientos. Está de más mencionar su talento y experiencia en respaldar musicalmente el séptimo arte. Si con ello lo logra, con nosotros se desmorona. Y, es que el paso entre “Sewer Blues” (track 5) y “Western Questions” (track 6) es líricamente evidente; pero, sentimentalmente no logras desconectar una escena de la otra.
“Sincerely, Future Pollution”, ha sido el tema elegido para difundir el magno trabajo. Una canción que abarca todo lo que puede representar a estos músicos canadienses. Un conjunto de instrumentos, sonidos y percusiones exóticas, desconectadas de lo lineal. Un track denso y tenso; el andar de tus malestares en un instante.
Finalmente, con una enriquecedora muestra de talento, “Floating Cathedral”, cierra el sexto trabajo de Taylor y sus espaldas. Un tema donde recorres los "créditos" de tu existencia, donde alineas las prioridades de tu vivir. Un tema alentador que te incita a mirar por la ventana y atrapar un nuevo mañana. Estoy completamente seguro de que en ese “nuevo mañana”, Timber Timbre estará nuevamente musicalizando nuestro respirar.