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AWAL / 2022
El trío originario de Liverpool, The Wombats, nos trae su quinto álbum de estudio Fix Yourself, Not The World, a través del sello independiente AWAL. A quince años de su disco debut y cuatro de su material más reciente, Matthew Murphy, Daniel Haggis y Tord Øverland-Knudsen parecen vivir el mejor momento de su carrera hasta ahora; con el éxito viral de “Greek Tragedy” que tiene más de 175 millones de reproducciones, sólo en Spotify, y llenos en las arenas más importantes de Reino Unido, parecen ser los jugadores improbables dentro de la escena actual. Emanados del movimiento noughties indie o también llamado desdeñosamente landfill indie; aquel que inició en las bodegas de Brooklyn, Nueva York y terminó invadiendo cada ciudad británica, donde decenas de chichos formaban bandas, con el deseo de sólo querer ser uno de The Strokes.
Probablemente podamos contar con los dedos de una mano los grupos que sobrevivieron, o que continúan vigentes tras esa vorágine de los años 2000, que enfundados en jeans ajustados, playeras tipo polo y Rebook´s clásicos, dejaron discos llenos de energía, guitarras melódicas y líneas memorables, dando un nuevo aire al rock de la isla después de la caída britpop. Y esto es lo que nos ofrece The Wombats en Fix Yourself, Not The World, un rock pop rítmico con coros pegadizos, lo mejor que saben hacer lo hacen bien, sin pretensiones, pero con la intención de dar lo mejor de sí.
No son los sonidos del 2007 trasladados a la actualidad, es la evolución de su estilo, con mayores texturas y capas, ritmos combinados con una base sólida, como en “Flip Me Upside Down” primer tema del disco, donde los tintes electrónicos dan ese plus. “This Car Drives All by Itself” nos dice de qué trata esto, y es acerca de crecer, a veces de manera forzada, otras de manera necesaria, como nos los dice “Ready for the High” un himno millenial lleno de power pop. El momento más destacado sin duda es “Method to the Madness”, una pieza que va creciendo de a poco, para terminar en una gran explosión sonora, es sincera y emotiva, donde la banda lo deja todo.
En conclusión, es un disco disfrutable, tanto para los viejos, como para los nuevos escuchas. En el imaginario de The Wombats, siguen estando el amor, la perdida y la desesperación, pero sin ese acento en el cinismo, todos hemos crecido y madurado en lo posible. No es sólo nostalgia, es la medida de las cosas. Estamos de vuelta en Liverpool y ya nada se ve de la misma forma.