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Finca Records / 2018
Podemos decir que tras escuchar su reciente disco The Black Light, el duo británico The Ting Tings nos ofrece algo verdaderamente bueno, esto tras el éxito mundial que Jules de Martino (batería, guitarra, piano) y Katie White (voz, bombo y bajo) lograron con su álbum debut We Started Nothing, lanzado hace justo una década y que traía consigo aquellos hits que parecían insuperables: "That's not my name" y "Shut Up And Let Me Go".
El disco, además de una notable nostalgia por sus orígenes, contiene ocho canciones con un formato de larga duración. Comenzamos con “Estranged”, una pista de cinco minutos que inicia con un ligero sonido de electropop y versos que White canta en tono melancólico en donde hablan de lo extraño que es querer a alguien con quien no compartes los mismos pensamientos y que, para finalizar, en la parte instrumental revientan con la batería y el bajo.
Continuamos descubriendo el disco al escuchar “Basement”, esta podría ser tal vez la canción más cercana a la música que The Ting Tings nos presentó en sus inicios, pues de entrada su vocalista retoma ese tono agudo que la caracteriza y la canción mantiene un beat apoyado en las guitarras, bajos y batería, y, aunque tiene una letra sin profundidad ya que habla de todo lo que disfrutan hacer en un sótano en una canción divertida.
Con “Fine & Dandy” tenemos algo notablemente fresco, un tema de nostalgia y que suena muy diferente al resto del disco, la voz, la letra y el sonido electropop se agradece al poner atención a la letra, algo similar pasa con “Earthquake”, una de las favoritas del disco que logra el boom al cambiar los matices musicales apoyada de los coros y todos los instrumentos.
En “Blackligth” ya calentamos motores para unos fuertes guitarrazos, y una letra que nos narra el deseo de iluminar pensamientos, recuerdos y experiencias, en donde exponen claramente el sentido del disco, pues la canción se percibe segura e inteligente, con matices oscuros impulsados por un sintetizador al finalizar.
“Word For This” y “Good Grief” retoman la parte pop rock de la banda, se podría decir que se percibe mucha similitud entre los beats de estas dos canciones, pero que de ninguna manera aburre pese a que estratégicamente o no, va seguida una de la otra.
Se nota mucho que estos músicos han trabajado a su propio ritmo y sin pretensiones, ya que tal como ellos lo han declarado, están haciendo “buena música de nuevo” y nada más. Un disco totalmente impredecible en el mejor sentido de la palabra.