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8
Dead Oceans / 2015
El cuarto disco de The Tallest Man on Earth buscó sus mejores influencias del rock americano para terminar de germinar lo que ha venido haciendo desde Shallow Grave (2008), The Wild Hunt (2010) y lo que presentó con su anterior trabajo There's No Leaving Now, (2012), y así dejarnos desde la primera escucha con un sabor de boca esperanzador.
Dark Is Back Home se desarrolla a través de 10 canciones, las cuales si cerramos los ojos, nos transportan inmediatamente a praderas, graneros y grandes campos con olor a flor. “Field of Our Home” da el banderazo musical de una manera sutil de cómo será el recorrido, para seguir con “Darkness of the Dream” que nos regala un gran recuerdo a “The Whole of the Moon” de The Waterboys.
“Slow Dance”, entrañable tema que se desarrolla en guitarras, trompetas, panderos y una atmósfera alegre campirana, que va bajando en una espiral que conecta perfectamente con “Sagres” y “Seventeen”, que nos demuestran cuál es el corazón del disco, y que si bien parece que cuentan, por llamarlo de alguna manera con la misma fórmula, no es algo que desentone.
Kristian Matsson tiene un talento bien aprendido, que es el de saber explotar sus cualidades hasta el final, y así como a mitad del disco demuestra que un piano y su voz es perfecta compañía para nuestros oídos con “Little Nowhere Towns”, y que sus orígenes son el folk y country en “Begginers”, nada mejor que terminar acompañado solamente de una guitarra en la canción homónima del disco y que da punto final a un álbum que a la tercer o cuarta escucha, se vuelve algo más que especial.
The Tallest Man on Earth con su cuarto disco Dark Bird Is Home, tal vez en las listas no se convierta en el más alto de la tierra, pero sí tiene con qué competir como uno de los más destacados discos del año, gracias The Tallest Man on Earth.