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BMG Rights Management / 2020
Nada ha detenido a The Pretenders para presentar su onceavo álbum Hate for Sale. El regreso al new wave ruidoso y desenfrenado que los posicionó en los 70 es justo y necesario. Incluso llegamos a olvidar el rock/pop que influyó en Alone, álbum del 2016.
La industria musical siempre ha traído consigo mil obstáculos para las mujeres, y lo vemos reflejado en la composición de Chrissie Hynde. La vocalista siempre siempre lo ha hecho bien a su manera, pero al estar acompañada de Martin Chambers, baterista y compañero, la banda nos lleva a disfrutar la nostalgia. Sin dejar de elogiar la guitarra de James Walbourne y el groove de Nick Wilkinson en el bajo.
El álbum se envuelve en una dualidad; versátil entre sus melodías y que llevaron la potencia del punk rock para reclamar, enojarse o simplemente disfrutar de la música. Así, con voz fuerte y segura, encontramos "Hate For Sale". En "Turf Accountant Daddy", el paso marcado y los sintetizadores no pasan desapercibidos. Un tema más rápido "I Don’t Know When To Stop" cercano al punk de los 60, combinado con una ligera vibra blues.
La concepción del rock está presente en "Maybe Love Is In NYC" conducida por la batería y guitarra que en "Junkie Walk" toman un estilo garage al ser igual de impactantes que la voz de Chrissie. "Didn’t Want To Be This Lonely" podrá tener un título desesperanzado, pero el ritmo simplemente hace bailar a cualquiera.
En un intermedio se encuentra "Lightning Man", tema que sobresale por el ritmo reggae delatado por un bajo contagioso. La batería también juega un papel importante al separar los versos que la cantante entona con fuerza.
El lado melancólico de las baladas, visibilizan el coraje que las mujeres han tenido dentro de la escena musical. "The Buzz" con una melodía pegajosa y muy pop hace evidente el excesivo uso de drogas. El teclado de "You Can’t Hurt A Fool" así como el bajo que retumba hace juego con la voz de Hynde.
La fuerza no es eterna, siempre hay momentos de debilidad como pasa en "Crying In Public". El piano predispone el giro de la canción, hasta que en un momento la voz cálida comienza a enfriarse hasta terminar la presentación.
Las memorias del rock dominado por hombres y el trabajo realizado hasta este momento, lo convierte a Hate For Sale en uno de los mejores álbumes de The Pretenders.