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Heavenly Recordings / 2016
El garage rock madrileño nos ha enseñado a los mexicanos melómanos, a través de Los Nastys y Hinds, que se hace sin miedo, sin pudor y sin pelos en la lengua. The Parrots es un trío de muchachos que se han dedicado a este género desde 2012. Ahora editan su LP debut, Los Niños sin Miedo, después de varios años de sencillos y algunos EP. Este álbum nos hace sentirnos libertinos en un mundo de experimentación sonora, pero igual esperanzados de que el amor y la música old school no ha muerto.
Cuando, en un festival, conoces a un madrileño que toca garage rock, te das cuenta de que siempre está sonriendo y te trata como su mejor amigo. Diego García, vocalista y guitarrista líder; Alex, vocal, bajista y Larry el baterista comienzan con “Too high to die”, una canción que habla justamente de diversión, de estar al tope y vivir despreocupados.
Con un sonido pretencioso de los sesenta, el ritmo rock and roll se distribuye en “Let’s do it again”, pieza perfecta para bailar en pareja con la típica escena en mente del muchacho que toma a su chica por la cintura y la hace sonreír mientras le va dando volteretas en el aire.
El lenguaje es un tema escabroso para muchos músicos; para algunos el español no es funcional si no es cantado a través de composiciones del nivel de Juan Gabriel (Q.E.P.D) o bien, que el inglés en voces de hispanoparlantes es absurdo, vergonzoso. En este compilado, The Parrots nos muestra su actitud irreverente ante ambos cuestionamientos. “No me gustas, te quiero” es una manera divertida de hablar a partir del castellano, así, sin miedo a experimentar.
Más tarde en “A thousand ways”, el sonido californiano se percibe a leguas. No por nada el trío ha invadido el festival SXSW en años pasados, el estilo que proclaman es llevadero, se les nota su capacidad de crear sonidos a través de la cata musical; no viven del pasado pero tampoco añoran el futuro y son muy bien recibidos en recintos de otras latitudes.
La pieza más exitosa es, sin temor a equivocarme, “Jame Gumb”, su oscuro intro con voces terroríficas y leads que ambicionan en lo fantasmagórico se suman a un trabajo lírico que sube de nivel al referirse a un stalker de la era millenial. Escuchando a “Casper” y “E.A. Presley” nos seduce un ritmo en los hombros y pies, el rock and roll ganando la atención de nuevo.
“The road that brings you home” es un tema revelador que contiene dosis de folk pero que no deja la vieja escuela del garage. “Windows 98” nos hace sentir viejos, como si hubiéramos nacido décadas atrás y eso nos lleva a declarar que sí, en efecto, estos niños madrileños no tienen miedo al fracaso, a la derrota, a las caídas. Así, con el seudónimo que ocuparon para su álbum debut, lo cierran, uno que nos genera interrogantes sobre qué sucederá con esa oleada de garage en Madrid. Ya lo veremos.