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Sacred Bones / 2012
¿Qué tenían de su lado en su momento grupos como The Stooges, Sex Pistols, Mötorhead, The Ramones, Arctic Monkeys y The Strokes? Pues que estaban en estado de gracia con la esencia más pura y salvaje del rock and roll. Hacían una música desenfrenada que no requería incluso de perfección técnica. La expresión salvaje y desbordada se hallaba muy por encima del sustrato formal. El rock es combustible 100%; incandescencia y ruido para incendiar los convencionalismos.
Cada año se dan maravillosas sorpresas que destrozan nuestras previsiones acerca de lo que será lo mejor del año. Y es delicioso no tener entrevisto a un grupo como este: nervioso, gritón y lleno de furia. Acometen con todo en cada una de las canciones de Open Yourt Heart (Sacred bones, 2012), su segundo disco, que está envinado en guitarras filosas y cortantes, una base rítmica como una aplanadora fuera de control y ganas de acabar con los oídos castos a base de alaridos.
Los neoyorquinos de The Men tienen la capacidad para llenar de riffs sus temas y hacerlos sucios sin recurrir por ello al heavy metal. Esto es rock, básicamente, por lo que sorprende que cuando quieren variar su propuesta se acercan al krautrock, esa variante germana que se caracteriza por ritmos motóricos que parecen ejecutados por un robot bataquero.
Herederos de una dinastía heroica que pasa por The Velvet Underground, Dinosaur Jr y eleva a un grado de deidad máxima a Sonic Youth, no se guardan nada, arrancan a velocidad máxima con “Turn It around” y siguen con “Animal”. Dos temas rapidísimos y garageros para llenarnos de adrenalina. En “Country song” entregan su primer bajón envuelto en una maraña eléctrica.
Aun así, el sucesor de Leave Home es más accesible y directo. “Oscilation” es una odisea guitarrera que rinde pleitesía tanto a los de Kim Gordon y Lee Ranaldo como a esa leyenda alemana conocida como Neu! En ella comprendemos que sólo la distorsión habrá de liberarnos; el ruido como vehículo de conocimiento. Pero la parte física de la música no deja de estrujarnos, de sacudirnos hasta la médula.
Y las canciones notables no se esconden. Acometen con “Please Don’t Go Away” y “Open Your Heart”, llenas de potencia. En “Candy” se empatan con la tradición Pavement y nos hacen sentir que el mejor indie rock no se ha extinguido. ¡Larga vida por lo que nos hacen sentir! No se trata de nostalgia sino de la prolongación de todo un concepto.
Y es que Open Your Heart no es un álbum medroso o disparejo, la calidad de sus piezas es muy nivelada. Hacia el final, “Cube” confirma que es una entrega brutal y que refleja esa enorme angustia que el mundo actual es capaz de inyectarnos. Se trata de un disco que nos sirve en el aquí y el ahora. No descubre o reinventa un género; su preocupación no pasa por la originalidad, pero llena nuestros momentos de angustia y necesidad de paliar la frustración.
No puede saberse cuanto les durará ese estado de gracia (que por ejemplo The Strokes ya no tienen). El duende del rock no suele acompañar por mucho tiempo a sus hoscos colegas. Hay veces que se prende la llama de la música con toda intensidad, dura unos momentos y luego se extingue. The Men no son cosa para los grandes corporativos. Lo suyo está en los circuitos subterráneos. Debemos de disfrutarlos mientras esta genialidad los tenga poseídos.