The Men
New York City

Una oleada de energía nos recorre el cuerpo en el noveno álbum de los neoyorquinos.

Tras una breve introducción post play, el noveno álbum de los neoyorquinos nos golpea con riffs cortantes, percusiones implacables y el desgarre ultracomprimido en la voz de Nick Chiericozzi. El piano ametrallado a la izquierda del auricular mezcla los flashazos de rocknroll poco velado con pirotecnia ochentera y la explosividad de inicios de milenio. Una oleada de energía nos recorre el cuerpo haciendo caso omiso al escozor de anacronismo que produce este primer track. The Men está de vuelta.

Grabado por Trevor Harrison al interior de Serious Business Studios, New York City significa el primer material del cuarteto de Brooklyn desde el lanzamiento de Mercy (2020). La agrupación parece haber dejado atrás su paso por el indie ultra orgánico y stomp & holler para reubicarse en el proto punk de sus primeras incursiones, aún lejanos al Hated: 2008 - 2011  pero con el impulso requerido.

El material avanza concatenado primer y segundo impacto hasta llegar a "Peace of Mind", donde los guiños pentatónicos, solos de guitarra y estructura nos ubican en un hard rock puro y duro. Más cercano al debut de Kings of Leon o Wolfmother de lo que nos habría gustado, pero plenamente disfrutable.

Las intenciones headbang se hacen presentes vía "Echo", dejándomos guiar por el hit continuo de bombo-tarola y los rasgueos casi mecánicos de Mark Perro.

Si bien la textura sensible se había mantenido en la misma línea, las diferencias entre aproximación sonora y aproximación sonora nos habían permitido apreciar de cada uno de los cortes hasta este punto. Es llegados a "God Bless the USA" donde empezamos a dudar de las decisiones de la banda, parte por la poca sorpresa del estilo, parte por la delgada línea que separa al corte de una reversión diluida y ligeramente apresurada de "Back in the U.S.S.R.".

"Eye" trata de enderezar el camino con un tempo mucho más mesurado, suficiente para hacernos saborear el stoner sin soltarse nunca lo suficiente para concretarlo. The Men llega a mitad del material entre punteos poco requeridos y un coro a lo más ligero. El LP empieza a caerse a pedazos por la reiteración de sus recursos y la poca exploración de los integrantes, tanto instrumental como armónica y estructuralmente.

"Eternal Recurrence" cae en el área de lo fácilmente olvidable dando paso a "Round the Corner", corte que sangra de la misma costilla de hace dos tracks: intención de desert rock dejada al aire. Quizá con un coro más memorable que "Eye" pero con la misma falta de filo emocional, suplido erróneamente por el paste de un recurso técnico.

Ya en la recta final nos encontramos con "Anyway I Find You", un relief de balada en overdrive enmarcada por dos de los elementos más tediosos de todo el álbum; "Through the Night" y "River Flows". El problema no son en sí las canciones, sino lo derivativas que se vuelven al ser escuchadas en conjunto. El revival (y cualquier clase de referencia) deben trabajarse lo suficiente para crear algo emocionante a partir de lo ya formado. De lo contrario caemos en un bucle de intenciones repetidas, recursos vacíos y —más específicamente— la colocación sistemática de solos de guitarra en pentátonica justo antes del coro final.

El riesgo es necesario para hacer música que importe. A un nivel profesional no podemos permitir estancamientos, se debe exigir de los artistas en favor de la cultura y el blasteo emocional. Siendo conscientes de su trayectoria sí, pero situándoles en el ahora. ¿Qué tan profundo impactan nuestro presente? ¿Qué tanto nos provocan hoy?