Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
8
Ipecac Records / 2017
¿Qué hace una agrupación legendaria en pleno siglo XXI para sobrevivir a la demanda de la industria? Melvins ha hecho lo inusual al publicar un álbum doble, sí, Buzz Osborne, Dale Crover y Steven McDonald se pusieron bien la camisa al ambicionar con el lanzamiento de A Walk With Love and Death, que contiene 23 piezas estridentes que vale la pena repasar con el oído para identificar qué energía nos quieren contagiar o conectar a nuestros cerebros.
Es un álbum extenso que requiere que te sumerjas en un ambiente muy personal, puedes escucharlo en casa, solo y con tu sistema alterado por el efecto de estupefacientes. “Black Heath” es un intro sublime, tiene calma, una batería programada que imprime un sello instrumental experimental y de abre las ganas de seguir reproduciendo cada extracto.
La energía de A Walk With Love and Death se percibe con cargas de lucha de supervivencia o redefinición de la personalidad del grunge, ese que nació y se fue reformando en Seattle, tierra natal de Melvins. La primera parte del álbum se define como Love, tiene capas de bajo y batería profundas, además del tono vocal con efectos carrasposos. En “Sober-delic (Acid Only)” la guitarra tiene el papel principal para sumergirnos en una caminata que se bifurca en dos caminos: amor y muerte.
Te conviertes en un escucha en trance con la calma de las piezas de Love. Llegando a “Euthanasia” me pregunto: ¿Es un logro para Melvins publicar un disco doble en plena crisis existencial e industrial como la que tuvieron Chris Cornell y Chester Bennington? Ese tema de la muerte resuena en mi cabeza al escuchar esta primera parte del álbum.
Llegamos a la segunda parte que abre con ambiente cálido en “Aim High”, un intro como sacado de una caja musical que da paso a la distorsión inmaculada en casi todas las piezas de Death.
¿Es la distorsión un paso a la muerte? Es esa energía borrosa que te asusta cuando llegas al final de algo, a la muerte precisa de las cosas; nada es para siempre, muchos artistas se han ido este año, este es como un tributo adelantado a los que se han ido y a los que se han quedado, como Melvins, que siguen trabajando para continuar con el legado del grunge experimental.