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Domino / 2016
Cinco años pasaron entre Blood Pressures y Ash & Ice, el quinto álbum de estudio de The Kills. Durante esa media década pasaron muchas cosas: la banda siguió en activo tocando por todo el mundo; Mathew, el hermano chef de Alison se comprometió y separó de Kelly Osbourne y Jamie se divorció de Kate Moss.
No queda duda, The Kills forma parte de la realeza británica del rock. Estas experiencias inspiraron las canciones del álbum. “No puedo decir que estuvimos influenciados por alguna película o artista en específico. Más bien por todo lo que pasó en ese periodo. Teníamos alrededor de 45 canciones escritas cuando entramos al estudio en L.A., fue un proceso de ver cuáles tenían más fuerza e iban bien juntas, que sonaran como un cuerpo de obra”, explicó Alison a Indie Rocks!, unas horas antes del lanzamiento de la nueva placa. “Las elegimos de forma intuitiva, las que sonaran más frescas. Ya con la selección, fue más fácil encontrar el tono del disco”, agregó.
Para este álbum, la agrupación contó con el apoyo de John O´Mahoney, quien fungió como coproductor. “Cuando se unió al proyecto ya llevábamos un rato trabajando, no participó mucho en el proceso creativo. Casi todo estaba listo, él fue el ingeniero, fue fantástico. Nos ayudó mucho a encontrar la frecuencia adecuada”, explicó Mosshart. “En cuanto a la composición seguimos siendo los opuestos que se complementan. Jamie empieza con el ritmo, yo con las letras, mis rolas casi nunca tienen ritmo hasta que él las toma. Es perfecto”, aseguró.
The Kills buscaba superarse y sonar distinto. “No queremos ser un cliché del rock n'roll, también queremos hablar de cosas lindas”, explicó la también miembro de The Death Weather. Esta intención es clara en cortes como “Bitter Fruit”, la dulce y esperanzada “Echo Home” y también en “Doing it to Death”, que muestra más sonidos electrónicos de los acostumbrados. Quizá los sintetizadores se deban a la lesión que Hince sufrió en la mano, pero sin importar la razón, este elemento ayuda a refrescar el sonido, sin quitarle protagonismo a los deliciosos riffs a los que nos tienen acostumbrados. The Kills sigue sonando a The Kills, pero un poco mejor. “La instrumentación no cambió mucho. No hicimos cosas locas, la base continúa siendo guitarra y voz, solo que ahora hay más bajos”, dijo Alison.
Para dirigir los videos de sus primeros singles, “Doing it to Death” y “Heart of a Dog”, el dúo reclutó a Wendy Morgan y Sophie Muller respectivamente. “Queríamos mostrar el lugar donde grabamos, por eso el video es en L.A. Me encantan los cementerios californianos porque no tienen nada de gótico. Además el título habla de muerte, entonces iba al caso. Otro de los temas del disco es la repetición, por eso en el video la coreografía es repetitiva. En eso se convierte la vida: en una repetición”.
Ash & Ice también se diferencia de los trabajos actuales por incluir dos pósters y un booklet con las letras. “La portada está inspirada en dos libritos que me compré. La parte visual es importante para mí, yo amo los discos que tienen las letras impresas. Así debería ser todo. No somos una banda de singles”.
Aunque este trabajo apenas vio la luz, los fans ya se saben los tracks. “Hemos tenido una gran respuesta, corean los temas nuevos. Creo que va a ser grande”. Y es que si bien las guitarras permanecen en temas como “Black Tar”, lo oscuro está presente en “Impossible Track”, además de la sensualidad. La voz de Mosshart alcanza nuevos matices en “Death Row” y los ritmos bailables se aparecen en momentos como “Siberian Nights” , la base rítmica de “Days of Why and How” o la ecléctica “Let it Drop”.
Los Kills siguen siendo los mismos: sucios, fashion, rockeros, llenos de estilo. Solamente que ahora son un poco más sofisticados y profundos. La edad les sienta bien.