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EMI / 2021
Lo excéntrico de Las Vegas queda en la lejanía en Pressure Machine, séptimo álbum de The Killers. Tras el inevitable encierro la banda puso en pausa el tour de Imploding The Mirage, para concentrarse en un nuevo proyecto con tintes musicales que nunca habíamos escuchado en ellos.
Con videos caseros, nos mostraron a detalle un pueblo de Nephi, Utah, que carga con las historias del pasado y las que apenas se están escribiendo. Así, el álbum se convierte en un libro que cuenta las historias de cada una de las personas que habitan ahí y las que se fueron entre alborotos y arranques. Brandon Flowers retrocede en el tiempo y escarba en su memoria por los recuerdos que marcaron su vida en los 90; Keuning, Mark y Ronnie construyen melodías que nos transportan al lugar y los productores Jonathan Rado y Shawn Everett afinan los detalles del libro que ilustra la vida de un pueblo quieto.
Con el sonido de una grabadora, comienza “West Hill” en la que escuchamos las voces que narran la historia y los años; las vidas que se quedan; así, son acompañadas por un piano nostálgico, una voz austera y un conjunto de cuerdas abrumadoras. Sabemos que no es un álbum de hits; el telón está abajo y The Man se encuentra en su punto más vulnerable consecuentes de los días de encierro y soledad que sacan a relucir otra faceta de esta figura.
La armónica en “Quiet Town” rinde tributo a la historia de las personas que siempre estarán para ofrecerte una mano. “Terrible Things” es el momento más devastador, pues solo con el rasgueo de la guitarra conocemos la historia de un chico que piensa en el suicidio. En “Cody” la guitarra puede mostrar un poco de brillo esperando por un milagro, hasta que la distorsión de la guitarra se aferra a destacar.
Tomamos un nuevo respiro con “Sleepwalker”, que gracias a los sintetizadores podemos sentir el cálido aire otoñal. La compañía de Phoebe Bridgers en “Runaway Horses” trae consigo calma, una atmósfera acogedora que solo se logra a la orilla de un lago mientras que el los tenues rayos del sol se reflejan en el agua. Sin embargo, todas las historias acaban. Huimos y vemos el pasar de las luces con “In The Car Outside”, un tema que nos hace subir la velocidad con la percusión y destellos de cuerdas mientras que la guitarra se queda opacada en el fondo.
“In Another Life” la historia se repite una y otra vez, es difícil que algo cambie en un pequeño pueblo; amoríos, drogas, delitos… aunque la guitarra nos muestra el mejor de los escenarios, se torna abrumador, como un pensamiento en medio del bar, mientras que la banda toca bajo el reflector. “Desperate Things” la guitarra se torna gris dejándonos en un momento de reflexión.
“Pressure Machine” nos regresa a la calma con una voz suave y aguda que quiere alcanzar el cielo, así como la guitarra. Finalmente “The Getty By” nos despide del lugar con una conjunción de los elementos, una guitarra y percusiones limpias y contundentes que siguen la voz y los coros armoniosos hasta encontrarnos con el tren cruzando las vías en un nuevo día.
El poder de Pressure Machine se encuentra en la composición de la letra, la moldura de la música y la interpretación para hacernos sentir como auténticos ciudadanos de aquel pueblo. Cada tema termina resonando en la cabeza y en el corazón. No tenemos himnos como "Mr. Brightside" o "When You Were Young" o la seguridad y poder en "The Man", la fuerza se transforma para plasmar una historia que nos lleva a conocer un nuevo lugar; la pieza que hacía falta en la historia de la banda. Escúchalo a continuación: