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Fiction / Virgin Music Group / 2025
19/Mar/2025
Tras ocho años sin lanzar un álbum de larga duración, The Horrors vuelve con un disco que en sus nueve tracks y casi 45 minutos sostiene la coherencia de un producto musical sólido. Night Life viene de la mano del productor de Blondshell y oriundo de Los Ángeles, Yves Rothman, además bajo el sello Fiction Records, famoso por editar buena parte del trabajo de The Cure.
Esta última referencia no podría ser en ningún sentido arbitraria, pues en este disco Faris Badwan y compañía enlazan con una estampa oscura, perfecta para dar un paseo por la ciudad después de aquellas noches en que calma la tormenta. Asimismo, se trata de sonidos completamente accesibles, disfrutables y que podrían servir de introducción para otros artistas de renombre.
El álbum comienza con “Ariel”, track que juega entre el pop y el darkwave, convirtiéndose en una pieza idónea para abrir los oídos. Ya desde este punto podemos escuchar la voz de Amelia Kidd, nueva integrante de la agrupación en los sintetizadores. La parte final de la canción nos advierte del progreso de Night Life, cuyas intenciones son construir en torno a ritmos electrónicos.
Continuamos con “Silent Sister” —una de mis favoritas—, que evoca las intros de “Feurio” de Einstürzende Neubauten y de “Eraser” de Nine Inch Nails, moviéndose más adelante hacia los terrenos de Marilyn Manson. En esta canción, la voz de Badwan está un poco alejada de los instrumentos, hasta que se encuentran más oportunamente durante el coro.
“The Silence That Remains” vira al post punk gracias a la presencia de su bajo, aunque también podemos señalar sus notas de apertura, entre industriales, llenas de eco que se lamenta y que van y vienen con filo a lo largo del tema. Hay, en mi opinión, un interés por experimentar con la atmósfera y por no dejar fuera del todo al ámbito electrónico previamente mencionado, incluso con un pequeño toque a la New Order.
El recorrido continúa con “Trial By Fire”, cuya apuesta vuelve perceptiblemente al estilo de Manson: los sintetizadores acompañan permanentemente a la voz, hasta un momento en que, como el artífice de “Anticristo Superestrella”, se proponen coros más musicalmente directos. Por otra parte, “The Feelling Is Gone” canaliza la influencia del witch house, además de jugar entre Depeche Mode y el sophisti pop, lo que la convierte en una canción para bailar lento y con los ojos cerrados.
“Lotus Eater” retorna ligeramente hacia el pop. Se trata de la canción más larga del disco, en la que la voz se difumina por momentos (lo que le da un matiz dreamy); a su vez, es un track con movimiento y repeticiones, además de glitches, no obstante sin volverse monótono, pues los sintetizadores aportan capas de sonido que renuevan la energía. Lo mismo podemos decir de los diferentes sonidos atmosféricos que crean su entorno.
“More Than Life” juega nuevamente con el post punk, coqueteándole al new wave y cercano a la propuesta de Talk Talk, al igual que de Pink Turns Blue. El bajo continúa en este tema con presencia enriquecedora, aunque las verdaderas estrellas son los teclados que caminan entre cierta belleza y acidez. En cuanto a “When The Rhythm Breaks”, a pesar de que plantea un descanso a los ritmos anteriores, genera en su poca duración algunos instantes experimentales.
Night Life culmina con “LA Runaway”, que parece en parte extraída de los años 80, época de la que datan buena parte de los himnos del gothic rock. La canción combina la influencia de The Cure con un posible toque de Interpol, fusión que, como en el caso de las otras, no reduce la calidad del álbum, sino que, por el contrario, nos muestra el mapa de influencias y posibilidades que The Horrors, a 20 años de su formación, revitaliza y adapta a sus necesidades musicales.
Esta producción discográfica es perfecta tanto para los nostálgicos como para quienes buscan el equilibrio entre una propuesta pop y una sutilmente arriesgada. Su duración es consciente de los riesgos de lanzar un álbum que se dilata innecesariamente, por lo que parece optar por dar foco a su nueva integrante, Amelia Kidd, y por combinar distintas facetas de lo electrónico con el post punk, el industrial y el gothic rock.