49641
The Black Keys: Más que una decepcionante fiebre

The Black Keys: Más que una decepcionante fiebre
The Black Keys: Más que una decepcionante fiebre

Artista(s)

05/Jun/2014

The Black Keys

Turn Blue

Nonesuch Records

2014

Qué difícil debe ser concebir un disco después de llegar a la cúspide mediática y de exposición comercial. ¿Será una sensación parecida a la que se obtiene durante el tedioso y complicado proceso del “segundo disco”?

Después de El Camino (2011), The Black Keys pasó de ser un grupo de media tabla a convertirse en una de las bandas más importantes de la actualidad. Y aunque desde Attack & Release (2008) ya mostraba avidez por mutar en algo más que un dueto graso de blues, es en Turn Blue en el que experimentan con distintas perspectivas sonoras. Su octava placa podría decepcionar a muchos por el desapego al sonido embarrado e impúdico de entregas anteriores, pero la realidad es que esta obra, con una portada influenciada por los hipnóticos Rotoreliefs de Marcel Duchamp, ofrece varias joyitas.

Danger Mouse, que tomó la batuta como productor por cuarta vez en la carrera del dueto, se encargó de pulir el sonido de una banda que hace 12 años salió de las alcantarillas, sótanos y clubs infames de Akron, Ohio. Esos días quedaron atrás, pero no crean que es el fin. Se percibe madurez y probablemente, sea el trabajo más fino de Dan Auerbach en las seis cuerdas, embellecido por el desempeño más monótono y uniforme en la carrera de Patrick Carney en las tarolas y platillos. Si a eso le sumamos el ensamblaje con teclados y bajo, el resultado seguramente se asemeja a lo que buscaban sus autores: sonar como una de las bandas más importantes de la actualidad.

Más de dos minutos tardan en explotar las vocales de Dan con “Weight Of Love”; temazo de apertura, lleno de pachequez y space rock que te remonta por momentos al Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Una fascinación que retoman con “Bullet In The Brain”, otro gran corte en el que regresan las referencias al legado de David Gilmour y compañía. ¿Plagios u homenajes?

Pero más allá de Pink Floyd, parece que The Black Keys estuvo desempolvando varias joyas para inspirarse. Desde galanteos con el southern soul en “In Time”, hasta otro buen viaje con un riff exquisito y psicodélico en “Turn Blue”. Desde un inicio descarado a la “Mr. Brownstone” de Guns n' Roses que muta en un tema de guitarras gordas e impureza bluesera en “It´s Up To You Now”, hasta “Gotta Get Away”, que nos hace pensar en los Stones durante Exile On Main St., o en los primeros trabajos de Neil Young.

Los puntos bajos de Turn Blue son aquellos temas durante los que las seis cuerdas no toman un papel preponderante y dan paso a coritos y melodías infames con una estructura más pegajosa y melosa. Esto probablemente influenciado por Danger Mouse, quien parece haber impregnado a los de Akron con su legado en Broken Bells. Lo peor del disco: “Fever”, “Year In Review” y “Lovers”.

Turn Blue es de esos discos que conmueve conforme le vas dando la oportunidad. No cautiva desde un principio, pero es mucho más que su decepcionante primer sencillo. Al igual que con su portada, se van encontrando pasajes hipnóticos que van del southern soul al space rock, de la psicodelia al blues y del pop más meloso a vestigios de impureza y crudeza que habitaba en el dueto.

Al diablo con los puristas, bien por The Black Keys.

49628
OBN III’S: Garage rock para destruir el hígado

OBN III’S: Garage rock para destruir el hígado
OBN III’S: Garage rock para destruir el hígado

Artista(s)

05/Jun/2014

OBN III’s

Third Time to Harm

Tic Tac Totally

2014

Existen pocas bandas que a pesar de estar fichadas con un sello discográfico de renombre conservan el estilo underground que los caracterizó en su etapa independiente, cuando no le rendían cuentas nadie. Tal es el caso de OBN III’s.

La banda originaria de Austin, Texas, se presenta mucho más bestial en esta tercera producción que sucede a los discos The One and Only de 2011 y el homónimo de 2012.

“No Time For The Blues” inaugura el álbum de forma brutal. Es una canción poderosa y tiene riffs que más que a garaje, suenan a un muy prolijo punk del que los Ramones no hacía. “The Rockin Spins” complementa tanto a su antecesora como a su sucesora, “Uncle Powderbag”; los tres temas gozan de guitarras con onda surfera, acompañadas de solos chillones, una sensación de urgencia casi tangible y el potente ritmo de la batería marcado por Matt Hammer.

El bajo de Graham Low siempre obedece a las guitarras de Jason Smith y Andrew Cashen, por lo que en algún punto las canciones suenan repetitiva; sin embargo, a mitad del disco llega una gran pieza “Queen Glom”, un tema que contrasta por la tranquilidad que transmite y en el que los integrantes demuestran su calidad instrumental.

Después de este intermedio, la dirección del álbum toma un rumbo totalmente diferente con “Beg To Christ”, una pieza, por mucho, más madura que el resto y en la que escuchamos un estremecedor órgano que te transporta a un lugar oscuro, verdaderamente oscuro. Además, hay algo semi-evangélico en este track, pues el título supone que OBN III’s cree en el rock & roll no sólo como música, sino como religión.

“Brother” y “Parasites” en conjunto con “Beg to Christ” parecen un solo tema, pues realmente no hay mucho qué rescatar de ellas. Lo que alegra la escucha es el carisma de Orville Bateman Neeley III, quien, con su energía bruta, invita a bailar y beber como desquiciado en compañía de los amigos en algún diminuto lugar de una transitada ciudad.

Finalmente, “Worries” se encarga de cerrar un trabajo que, para los oídos entusiastas de cualquier persona medianamente comprometida con el garaje rock y el punk, resultará una buena experiencia, pues los texanos forman una de esas bandas que dejan todo cuando hacen música: el corazón, sangre y cerveza tirada en el suelo todas las noches.

  1. Favoritos

    Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

The Black Keys: Más que una decepcionante fiebre - Indie Rocks!