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Polen Records / Terricolas Imbéciles / 2016
02/Ago/2016
El nuevo paraíso del folclor moderno es Colombia, que hace valer su escena independiente con propuestas como Bomba Estéreo, ChocQuibTown, o el siguiente colectivo músico-visual con diez años de carrera: Systema Solar.
Su tercer álbum, Rumbo a Tierra, es una fiesta de champeta y vallenato, pero cuyas letras tienen un trasfondo social que aplica para todo el continente.
El material comienza fuerte con un posible himno con dedicatoria para Donald Trump: “Tumbamurallas”, cumbia electrónica ad hoc ante la posible imposición de construir un muro en la frontera en el norte de México.
La energía continua con “Rumbera”, un tema con sonidos caribeños como el guaguancó y el yambú, dedicado a las mujeres fiesteras, que como diría Jhon Pri: “trata de la felicidad de la verbena, de vivir el momento, de disfrutar el gozo que viene de las personas estando juntas”.
En cambio, “Aguazero” es un ritual tranquilo de invocación a la lluvia a través de scratches. Cuenta con la participación del flautista folclórico Pedro Ramayá Beltrán.
Posteriormente viene un momento de conciencia social que refleja las dificultades del entorno colombiano, que es un posible espejo para el resto de Latinoamérica. “Que paso”, con la participación de Nedjim Boizzul, del grupo argelino-quebequés Labess, es un llamado a la unión con batucadas y un coro que cuestiona el entorno. Luego viene una llamada telefónica con “Alo?”, un ritual que invoca a la acción y a desatarse en la pista, que cuenta con la participación especial de Abelardo Carbonó, conocido como el padrino de la champeta, una fuerte influencia para todo el álbum.
Un par de temas para defender la tierra. El primero para usarlo en tiempos de cosecha: “Pa Sembrar”. El segundo es una reflexión sobre el medio ambiente: “Somos la tierra”, un vallenato de datos duros preocupantes, que nació a raíz de un proyecto minero que pone en riesgo una reserva forestal.
También encontramos un lado caribeño en “Mi Caribe”, un tema de barrio colombiano como “Champe Tablúo”, con algo de rap y percusiones, parecido al funk latino.
Para finalizar, la champeta en esplendor con “La Plata”, acompañados con la orquesta La 33, que hace juegos de palabras con “dinero” junto a las trompetas, y luego un dance folclórico para bailar en “El Wuere”.
Definitivamente, un disco contundente con dos lados: la fiesta y la fuerte crítica social, para los amantes del baile con sabor latino, que en eso, Colombia es un maestro de la escena, y sin duda, Systema Solar es un claro ejemplo.
9
Domino / 2016
01/Ago/2016
Para una agrupación que alguna vez se dijo estar formada para “ser una especie de fantasiosa y afeminada banda de art-rock que reaccionase a los gestos agresivos e hyper-masculinos del rock”, Boy King de Wild Beasts pareciera ser un paso hacia incorporar justo este último tipo de posturas. Al menos eso parece a simple vista. Eso si juzgáramos por los sencillos reventados que pudimos escuchar previamente al lanzamiento del quinto album de la banda británica.
A la escucha completa, encontramos algunas de las sensibilidades características de Wild Beasts todavía presentes, como melodías lentas y canciones basadas en piano. Yuxtapuestas con el bravado de guitarras gigantescas y bajos sintetizados que taladran la cabeza, Boy King parece contener una narrativa sobre estar cómodo entre dos versiones de uno mismo.
En ese sentido es casi un disco conceptual, con una línea de storytelling abstracta pero palpable. Un poco al estilo de Currents o I Love You Honeybear. Líricamente, Boy King parece ser sobre ese período entre superar a una pareja y abrazar la lujuria casual y romances esporádicos, todo mientras tratas de lidiar con sentirte solo.
“Now I am all fucked up and I can't stand up so I better suck it up like a tough guy would” exclama el segundo track “Tough Guy”; cuyo coro podría, extrañamente, pertenecer a una canción de Velvet Revolver. Más adelante en el tracklist está la épica y sensual “Get My Bang”, que pudiera parecer la máxima encarnación de ese “Boy King” que todos tenemos dentro si no fuera por esa perla de vulnerabilidad que encontramos en la letra del puente: “why would you hold it back from me? If not now then when? If not you then who?”
A partir de ahí el disco comienza a jugar entre dos tonalidades que está tratando de incorporar al mismo personaje. “2BU” es probablemente la más anhelante, con beats lentos pero crecientes que acompañan una melodía que sonaría casi demasiado cursi; de no ser porque tracks más promiscuos y funky como “Ponytail” o “Eat Your Hear Out Adonis” la rodean.
Boy King mantiene ese delicado balance y concluye de forma épica con “Dreamliner”. Una canción de resolución y aceptación, que tiende un puente a lo que seguro seguirá siendo una prolífica carrera para Wild Beasts. Incorporando cada vez más elementos electrónicos y esta vez con una producción más osada por parte de John Congleton –ver Hold/Still y el homónimo de St.Vincent– el quinto disco de Wild Beasts es una escucha placentera y catártica.
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