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Asthmatic Kitty Records / 2020
La última vez que Sufjan Stevens nos entregó un álbum solista fue hace cinco años con el magnífico Carrie & Lowell en donde su sonido folk y letras íntimas cautivaron los oídos de miles alrededor del mundo. Desde entonces, el artista se ha mantenido ocupado con tres discos colaborativos, uno en vivo y dos canciones para la banda sonora de Call Me By Your Name, lo cual le valió una nominación al Oscar. Tras participar en tantos proyectos, hubo mucha especulación acerca de qué sonido tendría esta nueva etapa en su carrera y ahora que finalmente ha llegado The Ascension tenemos la respuesta.
En este enorme disco de casi hora y media de duración, Sufjan intenta combinar todos los elementos sonoros que han catapultado su carrera. Definitivamente dominan los sonidos electrónicos tales como las cajas de ritmos, sintetizadores y secuenciadores, de los cuales se ayudó para entregarnos The Age of Adz hace ya 10 años.
Esta mezcla de sonidos dividirá a los seguidores del artista estadounidense pues, a pesar de que en canciones como “Run Away With Me”, “Video Game” y “Tell Me You Love Me” logra plasmar la esencia melancólica e introspectiva de Carrie & Lowell con un toque más electrónico, es cierto que en momentos el ritmo del esfuerzo decae, algo entendible cuando se habla de un álbum de una hora 20 minutos.
Las letras en The Ascension nos muestran a Sufjan Stevens como nunca lo habíamos visto. Su enfoque primordial ya no es una mirada introspectiva a la vida ni a aquellas cosas que lo hacen feliz. Sufjan habla acerca de temas oscuros como la muerte, las drogas, la sociedad actual, el cambio climático y demás problemas actuales. Una mirada más pesimista de lo que nos tiene acostumbrados, es cierto, pero también una más sincera.
El cantautor dio un paso importante en cuanto a su proceso lírico y eso resultó en algunas de las mejores letras que ha brindado en su carrera. Prueba de ello es el tema que le da nombre al disco y “Ativan”, en donde nos describe su problema con los fármacos y su lucha contra la ansiedad mientras un confuso remolino sonoro da paso a un outro de violines, como la calma que encuentras después de un ataque de pánico.
El experimentar con una amplia gama de sonidos como lo hace Sufjan puede ser bastante riesgoso. Para algunas personas, The Ascension será un desastre sonoro, sin embargo, es justamente el contraste entre la instrumentación a veces saturada y la simplicidad en la voz lo que le da riqueza al disco. En cuanto damos play comenzamos una travesía que hará flotar nuestra mente como si estuviéramos en el espacio para descubrir un nuevo lado de Sufjan Stevens, un lado fresco y tranquilizador ante la vorágine que rodea nuestras vidas.
A pesar de que canciones como “Sugar” y “America” se vuelven bastante repetitivas o largas, el disco logra compensarlo con canciones emotivas y espirituales como “Goodbye To All That”, “Landslide” y “Die Happy”.
La característica voz suave de Sufjan Stevens es nuestra guía a lo largo de este colorido mosaico de pop experimental que coquetea con el folk y la psicodelia. The Ascension es un retrato de la incertidumbre, preocupación y miedo del futuro. Stevens se enfrenta con todas las cosas que lo paralizan, les abre su corazón e intenta plasmar un poco de color en este lienzo de 80 minutos como vía de escape de una realidad que día a día se torna más oscura.