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Sophie — Oil of Every Pearl’s Un-Inside

10

Sophie
Oil of Every Pearl’s Un-Inside

MSMSMSM / 2018

Artista(s)

SOPHIE

Una alegoría de la transición.

Cuando el año pasado Sophie estrenó su video para “It’s Okay to Cry”, algo cambió para siempre. La productora escocesa había ganado renombre asociándose con PC Music y produciendo para Madonna, pero había mantenido en torno a su persona un sarcástico enigma que parecía ser una burla a la mismísima figura del productor musical, realizando actos desafiantes como el de hacerse pasar por guardia de seguridad mientras una drag queen interpretaba su set en vivo. En cambio en el video aparecía desnuda en toda la extensión del cuadro y, además, usaba su propia voz en el inolvidable track de hyperpop, pasando de la ironía a una radical vulnerabilidad.

Con su álbum debut, este salto mortal cobra tremendo sentido. Quizás, los filtros y demás artefactos electrónicos parezcan contradecir esta voluntad reveladora, pero para Sophie una cosa es clara: en “Faceshopping” afirma que solo su rostro photoshopeado es real. Pongamos de lado lo evidente: Oil of Every Pearl's Un-Insides es probablemente una alegoría de la transición (de género, tal vez) y lo radical reside en la intención misma del disco: si la utopía de una música de club que pudiera generar una comunión se mostró imposible, quizás debamos recurrir a una música que apele a la individualidad como escultura. La realidad es que nunca seremos felices juntos si no estamos en paz con nuestro propio ser. Sophie nos exhorta ya no a abrazar nuestra naturaleza impuesta, sino a que nos volvamos aquello que sabemos que podemos llegar a ser aunque eso conlleve una construcción plástica.

Lo heroico está en su capacidad de entregar semejante statement en un disco con una voluntad narrativa tan certera como velada. Poco parecen tener que ver el histriónico track inicial con “Faceshopping” y “Ponyboy”, agresivos temas de deep bass, más lejos de la música de bailar que del diseño sonoro. Pero el trabajo de Sophie siempre ha sido abrasivo, un desafío a la naturaleza misma de la música pop. Tras lo teatral y lo industrial Sophie se pone dramática en “Is It Cold in the Water?”, donde su voz una vez más se estira sobre la melodía y suena como si nos estuviera gritando desde el otro lado de un estanque helado. Sus charolazos y vidrios rotos, tan reconocibles, están en este y en el siguiente track, “Infatuation”, que suena como si en el lago helado del tema anterior se hubiera encontrado una cinta con una canción inédita de Prince. “Not Okay” es una intermedio donde Sophie se entrega con indulgencia a sus sonidos brutalistas. “Pretending" es un ejercicio de ambient distinto a cualquier otra cosa que Sophie haya hecho. “Immaterial” es, evidentemente, una respuesta a la mismísima Madonna, un tema de pop chicloso que defiende la artificialidad ya como una especie de dogma universal. Si en este tema la tesis de Sophie alcanza su punto más literal, en el track final encuentra su conclusión. “Whole New World/Pretend World” es el colofón del álbum pero también de toda una carrera, una síntesis de 9 minutos de todos los recursos estéticos y filosóficos de Sophie, un himno de guerra y una declaración de intenciones. Hay que saber que un nuevo mundo está naciendo y solo le pertenece a aquellas personas que entienden que no hay ser más auténtico que el que se ha diseñado a sí mismo.

Todo esto se dice fácil, pero no tiene nada menos de milagroso. Habíamos estado persiguiendo el futuro de forma desesperada sin ver que el futuro quedó atrás hace mucho tiempo. Lo saben todos esos productores que están regresando a modos de ingeniería sónica de hace 50 años, pero también lo sabe la productora escocesa y lo convierte en un motivo de reflexión pero también de celebración. El histrionismo, la vulnerabilidad, la violencia, la libertad son solo giros de un presente sin forma, pero maleable; lejos de luchar contra esa posibilidad, Sophie la toma y la entrega al mundo como un regalo. Hay que reconocer que semejantes actos de generosidad son raros hoy en día.