La pureza de JJ
La pureza de JJ

Todos y cada uno de los colores son capaces de transmitir algún sentimiento o estado de ánimo. El blanco, por ejemplo, infunde paz además de que lo relacionamos con la pureza y la luz; propiedades que caracterizan V, el más reciente álbum del dúo sueco JJ.

Desde finales de la década pasada, este proyecto integrado por Joakim Benon y Elin Kastlander se ha encargado de endulzarnos los oídos con melodías que parecen venir de un mundo lejano; un paraíso tranquilo, envuelto en tanta paz que los sentimientos no se pueden ocultar y mucho menos ignorar.

V abre con un corto tema instrumental del mismo nombre que, casi de manera imperceptible, nos introduce a "Dynasti", la primer parada de un viaje a través de cielos azules, lagos de agua cristalina y eso que has querido enterrar en tu memoria pero no has tenido éxito. Posteriormente, "Dean & Me" parece contarnos el desenlace de "Me & Dean", tema de su álbum debut; una historia de amor y amistad entretejida por la suave voz de Elin.

Para este punto, es inevitable sentirse atrapado por JJ; sin embargo, el plato fuerte del disco está a punto de llegar. "All White Everything" fue el primer sencillo de este material y está más que claro el por qué de su elección: se trata de una canción tan poderosa que incluso es capaz de doblegar al más duro. "Don't want you to leave, I need you to be here where you left me", suena mientras escuchamos con el corazón en la mano.

Si bien la temática de sus letras y las características de sus composiciones siguen ahí, es más que evidente la maduración del proyecto. Se nota claramente la producción y que, a diferencia de sus materiales pasados, estuvieron metidos en un estudio puliendo hasta el último detalle; buscando crear un sonido tan pulcro y armónico como fuera posible.

"Fågelsången", lanzado como sencillo el año pasado, incorpora sonidos de la naturaleza y mantiene la idea de una travesía que logra sacarnos de la monotonía de nuestras rutinas diarias. Posteriormente, los coros de "Inner Light" son recitados por lo que parece ser la distorsionada voz de una niña que es capaz de incomodarte un poco en tu asiento.

Ya cerca del final, "Hold Me" rompe con lo construido hasta el momento e incluso es capaz de infundir miedo gracias a las voces de su introducción, que te conducen de vuelta a la calidez de Elin, la cual, entre violines, te recibe y conforta mientras sacas de tu sistema eso que siempre has querido gritarle al mundo.

Ciertamente, no se trata de un disco experimental o innovador, pero sí de uno que no carece de calidad, originalidad y grandes canciones. V ,su tercer material de larga duración, llega después de un largo descanso de 4 años y no es arriesgado decir que la espera valió la pena.