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Matador Records / 2018
Llega uno de los discos debut más esperados de este año, y es que la cantante se dio a conocer desde hace unos años gracias a su EP Habit, con el que llamó la atención de diversos medios y artistas. Hoy, la estadounidense es señalada como la próxima nueva estrella por su innegable habilidad tanto en las letras como en la guitarra.
Lush llega luego de que Snail Mail firmara con Matador Records. Se le dio la oportunidad, tiene la atención de todos y las circunstancias se han dado para que esto sea algo grande. Ahora la pregunta es: ¿cumplirá con las expectativas o desilusionará como muchos otros que le sucedieron?
Tenemos a "Intro", una canción de poco más de un minuto, pero que nos da una idea de lo que se trata este proyecto: una penetrante guitarra fender acompañando unas dulces vocales. Es un sonido que a pesar de que no es ostentoso, es muy efectivo, perdurable.
Le sigue "Pristine", aquí terminan las cartas de presentación. Este en lugar de entrar con sutileza, nos muestra todas las virtudes de Snail Mail desde un principio, que van evolucionando para mostrar diferentes texturas. La cantante revela su rango vocal y un talento natural para las melodías, así como su impresionante habilidad con la guitarra. Uno de los temas más completos y destacados del disco.
Con "Speaking Terms" baja un poco el ritmo, pero se mantiene el fulgor de las guitarras. Las percusiones se ponen a la altura con un compás pausado, pero desenvuelto. Es un buen tema, con un par de cosas a resaltar; sin embargo uno espera que la interprete siga con el dinamismo anterior.
"Heat Wave" es otro de los momentos brillantes de Lush, pero no solo en lo musical, donde los instrumentos presentan una mezcla de vigor y cierto enfado. También esa impotencia se puede ver en las letras, que en su mayoría hablan del pesar y la amargura adolescente. Pero aquí la artista muestra increíbles dotes haciendo una comparación con el fastidio que provoca el calor y la lasitud de un enamoramiento que no va a ningún lado.
La voz de Snail Mail no es la más educada, pero sabe usar su peculiar tono a su favor, tanto que en canciones como "Stick", logra ponerse a la altura de una Dolores O'Riordan. Claro que no tiene el yodel, ni logra las mismas notas, pero la esencia es muy parecida, sobre todo si está en una balada de jangle pop como esta.
En "Let's Find Out" se mantienen algunas de las propiedades del disco, pero se combinan con una especie de indie folk, muy al estilo de Liz Phair. En la escena independiente norteamericana, se ha vuelto cada vez más extraño escuchar a un artista que no se incline por el lo fi, más si se muestra tan vulnerable como Snail Mail, pero ella optó por un sonido claro y deslumbrante.
Llega "Golden Dream", y en este punto uno se pregunta si habrá un cambio más agresivo. En realidad el disco no es uniforme, si se presta suficiente atención, pero el explotar una formula a veces puede confundirse con mantenerse en su zona de confort. Considero que la cantante debería apegarse y serle fiel a su sonido, pues muchos medios la está considerando como la nueva promesa del indie por su peculiar estilo. Quien sabe, tal vez podría liderar un nuevo movimiento a partir de eso, todo puede pasar.
Hasta ahora, es fácil identificarse con todas las canciones del álbum, fuera de la edad que se tenga, y es que la interprete ha mostrado un lado muy real y hasta personal de las emociones humanas. Es difícil no entregarse a las sensaciones y el calor que provoca, como en "Full Control", que tiene partes muy repetitivas, pero es porque el sentimiento lo amerita. Uno termina envuelto por sus temas, repitiéndola una y otra vez hasta sentirse verdaderamente satisfecho.
Estamos en las últimas partes del disco, terreno complicado para los nuevos artistas, ya que muchos no encuentran la manera, o simplemente les interesa poco, como cierran su material. Pero Snail Mail muestra bastante astucia con "Deep Sea", pues aunque parece cautelosa, de hecho se arriesga con un corno francés. Algo inesperado en la receta de la estadounidense, pero que funciona por extraño que parezca.
La cantante le da fin a su disco con "Anytime", una última sorpresa. Con un ritmo aletargado, guitarra acústica y un órgano de iglesia, la interprete abre un mundo de posibilidades y muestra una faceta completamente nueva, tal vez un adelanto de lo que se vendrá con su segundo disco.
Sin temor a ser llamado exagerado, puedo decir que Snail Mail es una artista reconfortante, y no solo por su acogedor sonido, también porque es un factor muy esperanzador en la escena del rock independiente, Lush es la prueba de eso. En Estados Unidos y partes de Europa ésta joven ya tiene una modesta, pero sólida base de fans, solo falta que su música trascienda barreras y le den el lugar que necesita para inspirar a la nueva generación de artistas y traerlos a la industria.