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Joyful Noise / 2022
El proyecto encabezado por el músico y productor Brian Batz, Sleep Party People, presenta su nuevo álbum de estudio, Heap of Ashes, a través del sello Joyful Noise. Este material marca el regreso de los daneses luego de cuatro años, Lingering Pt. II (2018), y en esta vuelta, se presenta un cambio radical a su estilo, ya que lo hacen con un disco terrenal, que abandona la fantasía y se enfoca en lo más real que existe, las emociones. Se concentra en crear estados anímicos, no muy dulces, por cierto, en lugar de ambientes oníricos y lo hace a partir de transformar todo el proceso creativo que llevó a Batz a construir el sonido de Sleep Party People.
“It Won´t Be Cinematic” nos da la bienvenida a esta nueva etapa con un inicio pesado que nos coloca de inmediato en un escenario de alta extrañeza, con una combinación de ritmos industriales y acid jazz, para luego romper en melodías tradicionales llevadas por la voz de Batz. Mientras que, “Tide”, se apoya en sonidos electrónicos de 8 bits, muy puntales, que sirven como distractor, mientras la sombra de los arreglos monumentales crece a nuestras espaldas envolviéndonos cuando menos lo esperamos, para arrojarnos en una especie de screamo que tiene mayor relación con la primera canción, como si nos devolviera a la casilla uno.
Por otro lado, “Moldering Fragments” junto al colectivo Sound of Ceres, tiene una construcción más convencional, con guitarra acústica, instrumentales de cuerda, y ligeros toques de dream pop. Es la mezcla de voces con el dúo pop K. Hover la que le da el plus a una pieza que resalta en este contexto por su normalidad. Por último, mencionar “Needle” en la que participa GNOM, proyecto del baterista Anders Bach. Pieza minimalista, que cierra el material dibujando un paisaje sonoro que se sitúa en un ambiente obscuro, con una tensa calma que se quiebra cada vez que las voces distorsionadas y arrítmicas participan, dejándote con la misma sensación intranquila que al principio.
En conclusión, es un buen disco, que intenta satisfacer las necesidades tanto creativas como emocionales de Brian Batz, y en ese sentido es un triunfo. Es en el entramado de la obra donde flaquea, hay temas que no se sienten completos, o como si estuviéramos escuchando las primeras versiones. Por momentos puede llegar a ser confuso, principalmente porque es un cambio notorio a los sonidos acostumbrados, pero cuando se logra escuchar a través de eso puedes llegar a conectarte, su dificultad radica en algo común para todos, cuando intentamos contestar la pregunta ¿Cómo te sientes?