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Warner Music México / 2015
“Delusions of Saviour” y su estructura introductoria instrumental disipa las dudas sobre la subsistencia de Slayer después de la pérdida de Jeff Hanneman, “Repentless” comienza su sádica marcha con su tema homónimo y el ángel de la muerte vuelve a volar sobre nuestras cabezas y a su acostumbrada usanza: intrincados solos dobles de guitarra que parecen enfrentarse, el riff mandatorio y siniestro que los envuelve, la batería rápida y precisa que los guía, ese sonido característico que los ha forjado como el más sanguinario de los 4 grandes del metal.
“Take Control” diría Kerry King después de despedir a Dave Lombardo, volver a reclutar a Paul Bostaph y de bautizar con sangre y jägermeister a Gary Holt como integrante definitivo, Tom Araya imbatible en la voz y en sus letras sigue radicando la verdad absoluta sobre un mundo enfermo: “Vices” como una oda ligera a la violencia como forma de entretenimiento, “Cast the first Stone”, arrójala y espera respuesta, esas siniestras introducciones que llevan al caos.
“When the Stillnes Comes” y su aciago arpegio de vieja escuela, “Chasing Dead” e “Implode” en el ojo del huracán que retoma su andar destructivo con “Piano Wire”, el último tema que compuso Jeff Hanneman y en el cual aunque no incluya su presencia denota su legado. “Atrocity Vendor” para volver a las altas velocidades, “You Against You” y sus evoluciones en las 6 cuerdas cada vez más difusas y agudas, “Pride in Perjuice”, un lento final a la masacre.
Repentless por momentos nos recuerda los viejos tiempos de God Hate Us All, disco que curiosamente también fue estrenado un 11 de septiembre y que también incluía la participación de Paul Bostaph, la gran diferencia es que en esta ocasión la portada no fue censurada a pesar de su contenido que atenta clara y brutalmente contra el cristianismo y que Terry Date se encargó de la impecable producción avalada por su experiencia, como bien sabemos y después de ciertas disputas monetarias con la banda, Rick Rubin ahora solo prefiere ser nombrado “productor ejecutivo” en discos de Shakira.
40 minutos para que Slayer vuelva a arrastrarnos en su espiral de sana catarsis y doble bombo con canciones breves pero salvajes y contundentes, más de lo mismo dirán algunos, pero el renovado espíritu de la banda que no ha dejado de estar presente en el inconsciente de los fans y del panorama musical gracias a sus constantes giras, hace que renovemos el voto salvaje y sangriento que nos atrae a sus bestiales composiciones.