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Independiente / 2020
21/Oct/2020
Nadie estaba preparado para encerrarse en casa, el confinamiento derivado de la pandemia terminó por sacar a la luz una faceta interna desconocida para muchos. Y pese a todo lo malo que hay allá afuera, muchas personas se enfrentaron (o están enfrentando) durante estos días, todas las preguntas que desde hace tiempo no se responden. E incluso, han dado cara a esas batallas silenciosas que tanto abruman. En el caso de Shamir, este tiempo ha dado paso a responder algunas cuestiones con su álbum homónimo.
Concebido en un contexto complicado, Shamir es el segundo álbum que el artista no binario de Nevada presenta de forma independiente a lo largo de este año, luego de que se vieran frustrados sus planes para la promoción de Cataclysm. Además, dentro de nueve tracks más intermedios el cantautor sugiere de manera optimista, aunque directa, comenzar a responder esas preguntas que te detienen y que son difíciles de afrontar.
Subiendo un escalón más en materia de producción sonora, Shamir es un disco que destaca por la mezcla de elementos musicales que se organizan cronológicamente para invadir tu cabeza y activar tu cuerpo. A lo largo del álbum es posible escuchar coqueteos entre referencias indie, soul, country y folk, donde las baterías crean un camino disfrutable junto a las voces del artista y unas guitarras prolíficas que aparecen con sutileza y distorsión.
"On My Own" es el tema con el que se abre el disco y también es la pauta a seguir en el discurso de esta obra. La belleza de encontrarse con el amor propio, el cariño que se le va dando a la soledad y el entender que aunque las relaciones siempre terminen mal, nada puede detenerte mientras te ames a ti mismo. Esto sobre una base disfrutable y paradójicamente alegre encabezada por las voces de Shamir y los jugos de guitarras noventeras.
Este discurso sobre la soledad se va cimentando al rededor de problemas y contratiempos dentro del resto del disco. "Paranoia" y "Diet" se reflejan esa pelea contra la sensación de vacío y las inseguridades que no permiten mantenerse en paz. Aquellas mortifican al artista no binario y su desesperación viaja de forma inteligente sobre brillantes canciones pop, ilustradas por disfrutables y enérgicos arreglos que son muy agradables para el oído.
Las partes turbias de las relaciones amorosas también juegan su partido en este disco, ya que de algún modo parte del amor propio y de las revoluciones personales se referencian con la manera de vivir el amor. "Running" narra esta noción desde la pelea de egos entre parejas, así como la necesidad lo que nos hace libres y lo que no.
Por su parte "Pretty When I'm Sad" presenta sobre una batería magistral esos comportamientos que las parejas normalizan aunque no les gusten, así como el momento en el que a manera reclamo se hacen saber. Estos siempre terminan de manera trágica y dolorosa, aunque necesaria. Le complementa "I Wonder", donde Shamir se acerca al trap para consolidar la pregunta de las relaciones fallidas: "¿Serás mi perdición?".
La aventura de esta producción discográfica es muy amplia. Las canciones no buscan cumplir un estándar, sino disfrutarse y volver la intensidad algo más llevadero y ameno. "Other Side" es uno de los puntos más altos del disco, hablamos de una canción country que sirve como una carta de una mujer que se está acercando a la muerte y le canta a su esposo, con quien se va a encontrar en aquel lugar, sobre como espera que sea ese encuentro.
Finaliza el álbum con "In This Hole", una canción que cierra y al mismo tiempo marca el inicio de una nueva etapa, creando una obra circular, la cual es resultado de todos los sentimientos con los que nos encontramos en diferentes momentos de la vida, así como la manera de aprenderlos.
Shamir muestra en su álbum homónimo una emocionante y conmovedora gama de sonidos e historias con las que la mayoría de adultos jóvenes y personas que no han encontrado rumbo fijo pueden identificarse. Es una pieza que tiene todos los elementos del rock, y pese a ello, el sonido es más versátil y amigable. Te invitamos a darle play a continuación.
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Bandalos Chinos / 2020
20/Oct/2020
Un disco cumplidor con riqueza y remembranzas sonoras. Paranoia Pop reafirma la línea musical con la que Bandalos Chinos sorprendió a la escena latina hace dos años con su anterior material BACH, y con el que ahora, guiados por Adan Jodorowsky en la producción, demuestran madurez con una obra ecléctica y variable en ritmos.
Comienza potente con un bloque funk y retro: “Paranoia Pop” el tema homónimo del disco, cuenta con la colaboración con LOUTA, en la que destaca el lenguaje incluyente y abarca la fama repentina de los influencers, con deseos de inmediatez pero con falta de claridad: ‘Estoy feliz, estoy en T.V. y todes hablan por mi’. El conjunto sigue con un tema que pone a bailar como “Sin Señal”, al igual que el pop y soft rock estilo ABBA de “A La Cabeza”, y una onda a go gó en “Chu-Chu”.
Entramos a un intermedio tranquilo y melancólico en “La Herida”, rock pop rompecorazones que parece extraído de su disco antecesor, BACH, pero reforzada con una fina sección de cuerdas. Una balada de antaño al estilo de Raphael o Jeanette.
La tranquilidad melancólica parece continuar en “El Ídolo”, pero el rock provoca un estallido potente y la rompe, como en el clásico sesentero “La Chica Ye-Ye”, aunado a los gritos eufóricos de las mujeres que recrean la época de Elvis Presley o The Beatles. Es toda una oda de cómo un fan admira a una estrella, que se acerca sutil a pedir la selfie pero que en el fondo no quiere tener cercanía: ‘No quiero conocerte, prefiero imaginármelo’.
Accedemos a un combo con “Mi Manera De Ser”, un pop muy movido, con los sintetizadores y el piano que le dan un extra, para conectarnos con “AYNMG” (Así ya no me gusta), su contraparte tranquila y acústica. La primera pide con éxtasis el amor a la personalidad propia, y a la segunda la inunda la tristeza.
El rock pop y las cuerdas vuelven con un tema oscuro pero rítmico, “Fulnabis”, para llegar al final de Paranoia Pop con un toque casero, “Los Puntos” realizado en colaboración con El David Aguilar y Tei Shi, que contiene guitarra y piano y que en la letra admite descuidar la filosofía de Steve Jobs sobre la conexión: ‘Dejé de ir a buscar los puntos que me importan’.
En resumen, Paranoia Pop es un viaje nutrido de ritmos jubilosos o melancólicos que también los hará retroceder en el tiempo. Los oriundos de la zona bonaerense de Beccar están listos para ganarnos el corazón con su refrescado y rico sonido de nostalgia.
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