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Father/Daughter Records / 2017
Hay músicos que impregnan sus canciones con su personalidad única y disparatada, como lo es el caso del originario de Las Vegas, Shamir. Con su sorpresivo y aclamado álbum debut, Ratchet (2015), Shamir Bailey demostró al mundo que no tiene miedo en mostrase como es, cantando con su particular voz contratenor y entreteniendo con su colorida apariencia.
Después de la separación con su disquera anterior XL Recordings, y lanzar independientemente el álbum experimental Hope (2017), Shamir nos sorprende con Revelations (2017). Esta es una obra que, como su nombre lo indica, es una verdadera revelación, después de un proceso en el que pensó dejar la música.
Mientras que Ratchet fue un material alegre y que rallaba en la irreverencia, con canciones que mezclaban la electrónica con el R&B como “Make Scene”, “On The Regular” o el éxito “Head In The Clouds”, el nuevo disco toma una ruta diferente. Adiós a un Shamir extrovertido para ahora presentarnos una faceta más personal e introvertida.
Esto queda claro desde la primera canción “Games”, con unos teclados misteriosos que acompañan a un Bailey que canta de una forma más pausada que de costumbre. Sigue “You Have a Song”, que es una pieza emotiva que marca la pauta de la obra, cambiando de los ritmos acelerados a una balada pop de los noventa. Resulta interesante escuchar a Bailey cantando bajo la estructura de otro género, mostrando una nueva faceta suya así como su versatilidad. Si bien este cambio no es malo por sí solo, el disco rápidamente cae en la monotonía.
Después de escuchar “90’s Kids”, “Her Story” así como “Blooming” nos encontramos piezas con prácticamente los mismos arreglos y poca creatividad. Algunas canciones destacan como la emotiva “Cloudy” con su mensaje positivo y alegre guitarra, o la íntima “Straight Boy” con unas armonías hipnotizantes y un coro pegajoso.
Posiblemente, de todo el material lo mejor es “Float”, la clásica canción de desamor, pero con una ejecución perfecta. Aquí es en donde el estilo de Shamir logra combinarse adecuadamente y generar una estética que une lo mejor de ambos mundos: un pop tradicional con su extravagante espíritu.
Definitivamente este es un álbum de transición, en donde Shamir está explorando nuevos caminos musicales. Aunque la producción no es del todo acertada y se siente como un lados B del también experimental Hope, se agradece cuando un artista busca salir de su zona de confort para proveer a sus seguidores o a sí mismo, de una nueva experiencia, aunque en este caso no sea del todo acertada. Queda claro el talento y potencial de Bailey, que esperemos se consolide en el siguiente disco.