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Dead Oceans / 2021
En Drunk Tank Pink, Shame madura y expande su sonido, renovándose en sus temas, explorando el mundo desde la imaginación.
Su primer álbum, Songs Of Praise, tenía una cierta chispa que los estableció como una banda para ver. Su nueva producción, Drunk Tank Pink, confirma la existencia de esa chispa. El post punk de Shame, trae sonidos más variados en la instrumentación, el ritmo ha cambiado tanto que casi se siente como si el grupo hubiera sido reconstruido desde cero. Como músicos, todos los miembros se han vuelto mucho más aventureros, destilando el calor y la tensión que salpican con once pistas muy inteligentes.
La primera mitad de Drunk Tank Pink está llena de las canciones más animadas y poppy del álbum. “Alphabet” actúa como una espléndida apertura con su ritmo y sus riffs de guitarra. Un tema al que vale la pena llamar la atención es “Nigel Hitter”, que aprovecha el patrón de repetición en el que tiende a caer una vez que se tiene la edad suficiente para comprender que la realidad debe coexistir con los placeres de la vida.
"Born in Luton", describe perfectamente las promesas incumplidas por la generación a la que pertenecen nuestros padres: "I’ve been waiting outside for all of my life / And now I’ve got to the door, there’s no one inside". También están los agudos equipos de guitarra en “March Day”, mientras que “Great Dog” no es el mejor tema, sino más bien un track de paso que ayuda a engrasar la marcha. "Water In The Well" intensifica sus sensaciones siendo una de sus canciones más complejas y profundas.
Es en su segunda mitad cuando el álbum alcanza su ritmo, con las pistas adoptadas a un tono más pesado “Snow Day”, sirve como pieza central del material, es sin duda el mejor tema que Shame ha grabado hasta ahora. Es una genialidad estructural al alcance de pocos re-revivalistas del género. “Human, For A Minute” es otro punto culminante: llena de amor lenta que recuerda a Joy Division y a The Cure. "6/1", ensancha a su predecesora recorriendo la misma vía con miras más amplias. La agrupación demuestra su capacidad para controlar el descontrol haciéndose con el espacio y el tiempo, pese a la urgencia de sus letras y sonido. Luego está “Station Wagon”, que concluye el álbum de una manera apropiadamente eruptiva.
A pesar de lo fuerte que fue el debut de Shame, Drunk Tank Pink logra mejorarlo. Es un álbum fuerte en casi todos los sentidos, expandiendo la paleta de colores de la banda. La composición es más aventurera, y en general, hay mucha más variedad. Es el tipo de material que, incluso después de varias escuchas, parece que todavía tiene mucho más por descubrir.