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Buh Records / 2020
Son muchas las historias y cuentos que a lo largo del tiempo han intentado ilustrar los sucesos ocurridos en tiempos donde mujeres eran perseguidas y capturadas, acusadas de ser brujas y practicar la hechicería. Relatos increíbles y espeluznantes que hoy en día parecen inverosímiles o sacados de contexto, cuando la verdad es que fueron totalmente reales y de una crudeza inaudita. Sin embargo, pocos son los registros sonoros que supieron proyectar de forma eficaz tales acontecimientos. Uno de ellos es Salamanca, el nuevo disco de Sexores.
Para empezar, y a diferencia de East/West (2018), el nuevo lanzamiento es mucho más oscuro y pretencioso. Una mezcla exquisita de dream pop, con un denso darkwave y retazos de shoegaze que, en conjunto, confeccionan diversos ambientes y climas. Por momentos lúgubres y sombríos, por otros, desolados y agobiantes. Es la idea: hacer sentir incómodo, en el mejor de los sentidos, a quien lo escuche. Todo condensado en 43 minutos.
El proyecto es complejo y exhaustivo. Resulta el producto de un trabajo de investigación intenso con un concepto claro detrás. También surge como un espacio para jugar y experimentar. En tracks como “Posism + Tiraclaurism” o “Death by Burning”, el uso de sonidos divergentes y extraños toman protagonismo para acentuar la sensación claustrofóbica de ansiedad, lo que causa cierto repelús intencionado.
La primera mitad de Salamanca sirve de calentamiento para adentrarnos en una segunda parte más intensa y pesada. La majestuosa “Madre”, con su piano solemne, junto con su antítesis en cuanto a lo rítmico “The Depressing Sounds of the Witch”, conforman la parte instrumental más sólida y contundente del LP. “Mistress of the Marble Hill” no se queda atrás, siendo la canción más larga, con una infinidad de texturas que nos dan un respiro del sofocante viaje que Sexores propone.
El espíritu del álbum está sintetizado a la perfección en su llamativa portada. Una mano monstruosa y negra que parece acariciar el cuerpo pálido y desnudo de una joven para arrastrarla a lo más profundo de una densa oscuridad. El misticismo y el dark de las letras en contacto con la pulcritud del sonido indiscutible que la banda supo construir.