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Sepultura – Machine Messiah

8

Sepultura – Machine Messiah
Sepultura – Machine Messiah

Nuclear Blast / Sony Music México / 2017

Artista(s)

Sepultura

El mesías ha resucitado.

La primera vez que escuché a Sepultura tenía 17 años. Los acordes de “Arise” entraron por mis oídos para llenar todos los rincones de mi poco aleccionado cerebro, y descubrí una forma diferente de expresar y sentir la música, sin saber que estaba escuchando a una de las bandas más importantes en la historia del metal.  

Hoy, después de ocho años, no soy la misma ni Sepultura es la banda salvaje y furiosa que yo escuché por primera vez. A pesar de las peleas, dimes y diretes, álbumes poco logrados, división de opiniones y fans, sigue latiendo y este año nos regala su nueva producción: Machine Messiah.

Después de cuatro años de estar en las sombras, la banda saca a la luz su decimocuarto álbum de estudio, y de primer vistazo nos regalan un arte exquisito a cargo de la artista filipina Camille Della Rosa. El diseño en particular me hace referencia al arte de Arise (1991), aunque el colorido rompe con el esquema que la banda solía presentar, y eso la hace una de las mejores portadas de su trayectoria.

La máquina empieza a funcionar en una producción muy aventurada y las cuerdas de la guitarra de Andreas Kisser suenan lentamente para darle paso a la voz limpia de Derrick Green que abre de forma inesperada, paulatina y riesgosa con “Machine Messiah”. Un grito gutural rompe la calma, y la batería furiosa de Eloy Casagrande guía el ritmo de “I am the Enemy” que nos regala un riff profundo en el minuto 01:18 evocando el pasado; mientras que “Phantom Self” nos regala un pedazo de Brasil, de “Ratamahatta”, con una combinación de ritmos tribales, bajos marcados, guturales y solos de guitarra llenos de exotismo.

Un sonido agudo rompe el aire, la batería irrumpe, los acordes lentos de la guitarra dan forma y rompen un poco el ritmo para presentar “Alethea” sin más que comentar. Las cuerdas de la guitarra electrifican, el bajo de Paulo Jr. otorga la potencia, y con un progresivo majestuoso nos regalan la composición instrumental del álbum al ritmo de los tambores de Derrick, la guitarra española que brinda sensualidad y sensibilidad, y el teclado, llamada “Iceberg Dances”.

“Sworn Oath” se presenta de forma avasalladora, y construye su imperio lleno de riffs encolerizados combinados con muestras sinfónicas y solos inesperados cantados por la lírica de Kisser. El doble pedal toma posesión y retumba para finalizar esta epopeya majestuosa.

El pasado resucita y toma control de los acordes de “Resistant Parasites” para exprimir la destreza de la guitarra, bajo y batería en conjunto, mientras que Derrick recita ferozmente a través de un vaivén de riffs y solos de guitarra; una de las grandes obras de este disco.

“Silent Violence” abre un hueco en el centro de la tierra e inaugura el mosh pit para provocar un terremoto. “Vandals Nest” le sigue el paso a través del sonido colérico de una guitarra y doble pedal de la batería. Para cerrar, “Cyber God” suena en un intento de catapultar el álbum sin mucho éxito. Riffs duros y guturales adornan el final de esta máquina.

Propuestas interesantes y buenos intentos, pero le falta la esencia de aquel Sepultura que yo escuché a los 17 años y me hizo querer headbangear hasta volarme los sesos.

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Tripnotik – Humanizer

8

Tripnotik – Humanizer
Tripnotik – Humanizer

630315 Records DK / 2017

Artista(s)

Tripnotik

El lado humano de Tripnotik.

Como método de defensa, las vibraciones provenientes de sus tracks, respaldan el honor y la fuerza que Tripnotik ha mantenido desde sus inicios en el 2005. Motivados por los sonidos nacidos del downtempo y las mezclas de dub y trip hop, llegan este 2017 con Humanizer, su nuevo material discográfico.

Después de haber disfrutado PainKiller (2007) y Blow Your Mind (2009), Tripnotik regresa tras siete años al estudio; en esta ocasión a Ruido Kamikaze Estudio y Mono Aural Estudio. Con un diseño y formato de matices oscuros, los tracks penetrados en este disco respaldan el glorioso estilo que representa a los DJ mexicanos.

"Rehumanizarnos como individuos ante un entorno hostil" es la definición que los músicos han elegido para severo trabajo. Un disco [EP] saludable para la poca luz interna, disfrutable para la inmensa hambre de sobrevivir y de acojo entre lo tecnológico y lo humanamente violento.

Este, su tercer EP, está integrado de seis tracks que se encuentran ligeramente más inclinados por ritmos dreampop y la versatilidad del shoegaze sin dejar olvidado el original downtempo que mantiene su estilo. Siendo un proyecto nuevo, Tripnotik apuesta por el sonido de baterías acústicas y secuencias programadas dando, con gran claridad, un diseño sonoro novedoso, ingenioso y espectacular.

Un EP afortunado y dichoso. Majestuoso por las ingeniosas colaboraciones de talentos egregios como Teresita Cabeza (Testa) y Pablo Portillo; Ardían Michel (Capo), Ana Paula Enriquez a.k.a Weedow (Jungle Empire), Chatrán González (Klezmerson), Hugo Madrid, Ramón Negrete y Claudia Morfín (ex Nona Delichas).

Si quisiésemos descifrar qué razón de ser tiene Humanizer, es posible descubrirlo al primer minuto de “Intro”, la canción número uno en el listado. Con sutiles sonidos que producen ansiedad y paciencia a la vez. Una voz que te motiva a no parar la reproducción.

Dirigiendo lento el camino, “Dark clouds” alumbra el andar que representa la nueva aventura de Tripnotik; con la agudeza y delicada voz de Weedow, el segundo track te empuja sobre estas vías hasta, rotundamente, parar y reflexionar el contexto con “Desaparecer” de fondo: un tema monumental que acapara sonidos de diversas culturas musicales entre dilatados sintetizadores y ritmos árabes.

Con un título alucinante,Starburst/brote estelar” llega a plasmar el paisaje. Un track colocado en la posición cuatro, mismo que permite originar el destino del éxodo. Distinto, divino e instrumental.

Y así, vagando en constelaciones musicales, podemos disfrutar de “A son for life”, hasta el final con “The inluencer”; una canción precisa para el cierre del pasaje. Un track que alumbra la esencia; que sus ritmos motivan a un vaivén del cuerpo, donde las manos se ordenan por si solas y el talón no pierde el camino. Enigmática, encendida y prendida.

Producido de forma directa por Tripnotik, con el auxilio de Jaime Lozada Brown. Dejando la batuta de mezcla y master a Pablo Portillo, masterizado en los estudios TNTi de la Ciudad de México y con la fotografía de Raúl Merino Ruíz y diseño de Ernesto Cerros, Humanizer presume ser un gran disco, con excelsas colaboraciones y un ritmo melodiosamente acéntrico, clasificado y especial. Es tan solo, el soundtrack para tragar esta realidad.

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Sepultura – Machine Messiah