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Big Crown Records / 2019
No hay mucho más que descubrirle o inventarle al soul, no miento en decir que aquellos reyes del género durante los 70 lo llevaron a su máxima expresión y cada uno de esos titanes tomaron su lugar como leyendas e incluso ellos, poco más pudieron hacer después de sus respectivos momentos cumbre (Marvin Gaye, James Brown, Aretha Franklin, Al Green y un pequeño etcétera). Parece increíble entonces, que de todo un género que tuvo su principio y fin hace unos 40 años, tengamos vigente a uno de los últimos personajes que dejó aquella camada. Porque si bien existe el mismo soul ha derivado en etiquetas como el nu soul o de vez en cuando tenemos uno que otro grupo haciendo cortes con ligeros tintes de soul, es difícil encontrar a alguien que de lleno esté siendo portavoz (honor para el hace no mucho fallecido Charles Bradley) de este estilo.
Pongamos de antemano que Lee Fields nunca fue un nombre principal en esta corriente a pesar de haber debutado en los años 70, pero eso no impide que sea un más que digno portador de la herencia y linaje del soul. A sus también casi 70 años de edad y acompañado de su banda llamada The Expressions es que realiza un trabajo que literalmente llueve el género en canciones rebosantes de amor en toda la extensión y sentido de la palabra. Sobra decirlo pero incluso ese filtro antiguo, empolvado, difuso, parece casi como si se estuviera extrayendo el sonido de un viejo disco de vinilo; son 10 pistas originales que parecen haber sido escritas y grabadas hace 40 años y sin duda conseguir recrear eso en la época actual, de manera tan inmaculada, no debe ser tarea fácil.
La voz áspera y pasional de Fields encuentra los rincones y las grietas del corazón de esta música, brindando una auténtica vibra empapada en soul, R&B y uno que otro despunte de funk con líneas de trompetas de bronce que acogen como si fueran clásicos de décadas muy pasadas. Lo anterior es medida general porque en realidad todas las canciones poseen el mismo estándar de calidad, pero por mencionar las que más pueden dejar huella, sin duda, el crujiente cuasi funk de "Blessed with the Best", el sórdido (en el buen sentido) bajeo y el levantamiento de vientos en "Wake Up" así como la dulce balada "You’re What’s Needed in My Life", son tan solo una muestra de canciones que bien podrían haber sido firmadas por las grandes estrellas del género hace cuatro décadas atrás.
Como lo indica el título del disco, estas son en su mayoría expresiones de amor... pero amor no solo entre una pareja, sino más bien para donde el sentimiento pueda ser efectuado, incluso si ha de ser un ser superior intangible como en "God Is Real" o para hablar del sentimiento como medio para todas las cosas en "Love Is the Answer". Este mismo enfoque en las letras, el mayoritario lenguaje en primera persona ayuda y beneficia mucho a esta encarnación musical en la que se encuentra Lee Fields, el hecho es que se trata de una muestra muy personal y en un momento donde le queda muy poco por conocer o experimentar en vida, en cambio, entonces tiene mucho por contar y lo transmite tanto en términos líricos ("It Rains Love") como sonoros ("Will I Get Off Easy" con órgano y arreglo de violines o lo bailable que resulta "A Promise Is a Promise" por su agregado de congas) de una manera simple y directa, aunque siempre con el alma (vaya analogía) a flor de piel.
Si como bien lo he dicho al principio, las leyendas del soul están ahí, inamovibles, cubriendo toda la admiración, quizá parezca demasiado tarde para que Lee Fields tome el papel incluso de portavoz. Sin embargo no deja de ser una experiencia genuina por la maravillosa forma en que recrea el sentimiento y exhibe en esplendor la esencia. Un suntuoso It Rains Love donde el autor aprovecha para ofrendar una colección de sonidos, ritmos e interpretación soul pura, dura y sin diluir.