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Domino Records / 2019
Desde que la cantante estadounidense publicó su primer sencillo, “Callous”, en su página de Soundcloud, su barco zarpó en un mar de expectativas. Ahora, tras una larga travesía y con viento en popa, la artista buscará atracar en la tierra prometida de la industria musical.
A pesar de que su nombre no estaba precisamente en el radar, Sasami Ashworth no es ninguna novata, ya sabe lo que es publicar música y tratar de alcanzar el éxito mientras buscas mantener la esencia de tu proyecto, pues lanzó en 2017 Apocalipstick con Cherry Glazerr.
Además Ashworth es una talentosa intérprete, tanto que ha colaborado con Curtis Harding, Wild Nothing y Vagabon. Así que podemos decir que la artista tiene bastante experiencia y se sabe mover entre las corrientes de la escena independiente.
Como dije, Sasami es una cantante con mucho por demostrar en su álbum debut. Su sello Domino Records, aquel que le dio su gran oportunidad a bandas como Arctic Monkeys y Franz Ferdinand, ha puesto de su parte y tiene todas sus esperanzas en ella. Es hora de ver si los demás tenían razón y es la artista a seguir para este 2019 o solo un Ícaro que voló muy cerca del sol.
La primera canción, "I Was A Window", nos transporta al mundo de Sasami. Los suaves sintetizadores y brillantes riffs van creando un estilo de space pop que acompaña a una letra conversacional. El track es sumamente personal y Ashworth no tiene ningún problema en abrirse ante el mundo, así que de verdad se siente como si estuviéramos en su cabeza.
"Not The Time" y "Morning Comes" son dos tracks emocionantes, donde vemos un lado distinto de la cantante y un estilo que le sienta mejor a su álbum debut, obscuro y atractivo. Lo primero que uno nota es la influencia de géneros como el post punk y el shoegaze, pero también tenemos tracks con los que la gente se puede identificar más. Poco a poco este material va encontrando el camino.
Llega una de las colaboraciones importantes del álbum con "Free". Participa Devendra Banhart, pero en realidad este no luce demasiado y a penas se nota su aportación. A pesar de eso, esta es una de las mejores canciones del disco, ya que a pesar de que volvemos a entrar en la intimidad de Sasami, en esta ocasión no nos sentimos como invasores.
Estamos a mitad del trayecto y no podemos decir que el disco nos ha atrapado, más bien es el talento de la artista lo que nos ha maravillado y nos mantiene a la espera del siguiente tema. Tenemos a "Pacify My Heart", canción que vuelve a revelarnos el sonido más fascinante de la intérprete. Hay un regreso a los elementos del post punk, pero con un ritmo más sosegado y una letra desgarradora, donde la estadounidense desea no haber conocido a quien le hizo tanto daño.
"At Hollywood" sigue bajo la misma estética, pero se siente como un descanso para Sasami. El tema es aletargado y se distingue por una composición repetitiva y de solo dos versos. Aún con esa limitante, la compositora logra crear grandes imágenes poéticas y nos mete dentro de un paisaje decadente.
Queda poco del trayecto, pero "Jealousy" es justo lo que necesita este álbum. Lo primero que llama la atención es esa caja de ritmos que toma el control desde el inicio, pero segundos después, los sintetizadores se hacen cargo. Además, la estadounidense demuestra su talento para la interpretación vocal.
El disco sigue con las cartas fuertes en la segunda mitad con "Callous", que como dije, fue el sencillo que comenzó todo. Esta es la versión más cruda del proyecto, la base que usó Sasami para muchas de las otras canciones del disco. El track no solo es bueno, también nos presenta la naturaleza de la artista y eso es fascinante.
Después de los poderosos riffs del anterior tema, la interprete opta por la guitarra acústica y sus infaltables sintetizadores. SOKO participa en este single, pero al igual que los demás colaboradores, no tienen mucho que hacer ante el definido e imperturbable estilo de Ashworth. El material está cerca de su fin, pero sigue mostrando cosas interesantes.
Finalmente, Sasami cierra con "Turned Out I Was Everyone", un track donde los sintetizadores inundan nuestros oídos y las lúgubres vocales contrastan con unas percusiones descompuestas. La artista crea una atmósfera alucinante y estremecedora para el final.
El disco de Ashworth, más que un debut, se siente como el trabajo de una artista veterana que busca replantear su formula y experimentar con nuevos sonidos. Aunque Sasami es eso, una intérprete experimentada que por fin tuvo su gran oportunidad en solitario, nos entrega un álbum que no se siente atractivo y está lejos del ideal de un primer gran lanzamiento. A pesar de eso, la cantante logra fascinarnos con sus virtudes y solo es cuestión de acostumbrarnos a su sonido. Domino Records no tendrá el gran éxito que esperaba, pero la cantante sigue valiendo su peso en oro.