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Concord Records / Suretone Records / 2019
Las congas son el primer sonido que se oye al inicio del disco, son tan tenues y espaciadas que te hacen pensar en oscuridad, al tener tantos silencios te obliga a sentir ausencia de música. Luego, la voz de Carlos Santana dibuja imágenes de espíritus ancestrales jugando con la flora y fauna de principio de los tiempos.
Los instrumentos se van añadiendo uno a uno explotando en percusiones africanas, implantando en nuestros oídos la idea de que algo esta empezando: el amanecer de un nuevo día, el nacimiento de la vida, la creación de la música, el inicio del disco No. 25 de Santana.
El cancionero de Santana, que contiene 50 años de música, está repleto de homenajes a la cultura africana, desde “Jin‐go‐lo‐ba”, cover de Babatunde Olatunji, incluido en el Santana de 1969, pasando por “Mother Africa” de su quinto disco y el álbum Shangó que trae en portada arte con intenciones africanas y obviamente el nombre con referencias a vudú y magia negra.
Precisamente es desde el track no. 1, hasta “Yo me lo merezco” -el track 4- que la sonoridad africana se funde en la composición de cada uno de los tracks. La fusión de géneros y diferentes motivos en el canto, son los que le dan versatilidad a la orquestación del disco, haciéndose, por un buen rato, un álbum muy conceptual.
“Blue Skies” es la canción más larga de todo el álbum, con 9 minutos de las voces de Buika y Laura Mvula jugando en diferentes escalas, volúmenes y tonalidades. Con sensaciones de blues, la instrumentación selvática se pierde y se vuelve una celebración de rock psicodélico de los 60, haciendo que el disco se divida en dos partes con dos musicalidades distintas.
Poquito pasada la mitad exacta del disco, hacen arreglos líricos y musicales a “Abatina” canción originalmente cantada por Calypso Rose -leyenda viva del calipso- y escrita por Manu Chao, para convertirse en “Breaking Down The Door” con una vibra más psicodélica y de milonga a ritmo de dembow.
Por momentos el disco nos hace recordar grandes álbumes temáticos como Caravanserai, Borboletta o Welcome, que al mero inicio, trabajan con este tipo de introducciones, en su mayoría instrumentales… pero acá la diferencia fue iniciar con la voz de Carlos Santana dándole cierto tipo de teatralidad al álbum.
Africa Speaks es un disco que definitivamente se disfruta mucho más con un buen sistema de audio o con audífonos puestos. Pero, sobre todo, se disfruta aún más, cuando de verdad te atreves a ponerle máxima atención a la musicalidad, la orquestación, el juego de voces, las poderosas letras, los dinámicos matices creciendo y bajando constantemente.
Realmente, esta última entrega, es uno de los mejores trabajos que ha hecho Santana en los últimos 30 años. Algo que llevábamos esperando desde hace mucho, que terminara de una vez con colaboraciones faranduleras y creara algo de verdad interesante.