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Domino Records / 2019
Me gusta pensar en cada disco de (Sandy) Alex G (Alexander Giannascoli) como un libro de cuentos, cada canción tiene su propia narrativa —casi siempre existencialista— que siempre gira alrededor de distintos personajes y cada una maneja su propio lenguaje musical, no creo que su música se pueda definir en un solo género, hay algo extraño y arrítmico en él que lo hace especial. Sin embargo, House of Sugar su nuevo disco también es un álbum de lugares, Alex G decidió nombrarlo así en honor a un gran casino en Philadelphia—ciudad en la que vive— llamado SugarHouse, un lugar de ambición y derrota. El compositor utiliza el azúcar (sugar) como una metáfora para representar esa condición humana obsesiva de siempre buscar más, de permanecer hambriento.
“Walk Away” abre abruptamente con una voz retorcida que vocifera la frase “someday I’ll walk away from you” al que se van añadiendo más texturas como un sonido parecido al rozar de dos cuchillos que permanece omnipresente junto la batería golpeada y un dulce piano que regula el nivel de acidez de la canción. “Hope” es el primer sencillo del álbum y también está basado en un lugar, en este caso el artista recuerda el incidente que provocó la muerte de uno de sus compañeros de casa, la cual se encontraba en la calle “Hope” en el vecindario de Fishtown en Philadelphia. “He died, why write about it now?...Gotta honor him somehow...Fentanyl took a few lives from our life”, canta Alex G sobre un profundo órgano y una armónica y raspada guitarra acústica.
(Sandy) Alex G siempre ha tenido un lado raro e infantil, y esto se ve reflejado en “Southern Sky”, una canción diseñada al más puro estilo americana, donde Sandy se acompaña de la voz Yacina y el violín de su novia Molly Germer para relatarnos un sueño donde cuenta ovejas negras y se niega a aceptar los demonios con los que se encuentra ahí. En “Gretel”, Giannascoli juega con las guitarras, creando distintas capas acústicas y ambientales, y crea una analogía entre la historia del cuento de Hansel y Gretel —donde Gretel deja que la bruja se coma a su hermano a cambio de dulces, y su único deseo es volver por más— y su experiencia en el casino SugarHouse, pero a diferencia de Gretel, él tiene miedo de regresar, “I don’t wanna go back...I don’t wanna be this, good people gotta fight to exist...I can see it right there right in front of me”, canta con una voz robótica.
Giannascoli siempre incluye elementos inesperados en sus discos, como en su producción anterior Rocket, donde decidió experimentar con lo se podría llamar un rock rap en “Brick”. En House of Sugar hay una serie de canciones como “Taking”, que empieza con un sonido bastante dulce, pero después da una sensación algo bizarra cuando aparece lo que podría ser un coro de muñecos; o “Near”, que viene como un impulso desenfrenado basado en la necesidad de estar cerca de alguien, “all I want is to be near you you you you you” se repite como un grito de desesperación por ayuda. “Project 2” comienza con una especie de ensamble coral digital, para después convertirse en una improvisación de batería con atmósferas ambientales.
Los pequeños detalles que se van revelando son lo que hace de (Sandy) Alex G un músico multifacético e interesante y que le dan a géneros como el rock o el country una nueva dirección. Por ejemplo, “Bad Man”, una melodía lo-fi pop bastante fresca y divertida, o “Sugar”, que tiene un aspecto bastante oscuro que se alimenta del dramatismo del piano y el rozar de las cuerdas del violín con el arco. Mientras que “In My Arms” es la combinación perfecta de guitarra acústica con electrónica y la melosa voz de Giannascoli. El disco cierra con una versión en vivo de “SugarHouse”, que fue grabada por el ingeniero de sonido durante un concierto el año pasado en Missouri. Es el primer momento en que escuchamos instrumentos de viento que crean un estilo jazz al ritmo lento de las teclas del piano y la voz cruda de Alex.
(Sandy) Alex G es una de las propuestas musicales más interesantes en la actualidad, hecho que lo llevó a trabajar con figuras como Frank Ocean o Oneohtrix Point Never. Su manera de tocar la guitarra y componer lo han hecho distinguir entre la infinidad de músicos rock. En House of Sugar, el artista se vuelve a renovar, juega mucho con las voces— debido a que adquirió un nuevo micrófono—, explora nuevos territorios con las guitarras, agrega nuevos instrumentos y modifica la forma de interpretar otros como el violín que tiene un estilo más experimental, creando sonidos más complejos. Pero lo mejor es que olvides todo lo que he dicho y que escuches y re interpretes todo el disco y saques tus propias conclusiones, eso es lo que le gustaría a Alex G.