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Nítido Records / 2016
Dicen que la escena metalera en México no tiene fuerza, es pobre, y está viciada. Dicen que el metal mexicano no tiene posibilidad… pero no todo lo que escuches es realidad.
En 2009 S7N (Seven), una banda de heavy metal de la Ciudad de México, empezó a escribir su historia con la esperanza de contar algo diferente, y fue así como Fearless se convirtió en uno de los discos más importantes de metal mexicano de 2013 a cargo de Mauricio Canto en la voz y guitarra, Guillermo García e Israel Monroy en la guitarra, Lalo Olvera en el bajo y Fabian Carreño en la batería. El tiempo ha pasado, mucho ha cambiado, y tres años después de su disco debut, la banda, con una modificación en la alineación en la batería, nos presenta su nuevo álbum titulado Deadline.
Grabado en Sound Mob Studios, propiedad de Eduardo Carrillo y Manuel Vázquez de Agora –banda mexicana de metal progresivo–, producido por Erik Canales y con batería de Leo Padua de Los Viejos, Deadline nos lleva a través de su voz, distorsiones, riffs, bajos y batería, en un viaje que cambia el paradigma: el metal mexicano sí tiene posibilidad y fuerza, mucha fuerza; lo cual ya se había descubierto desde su primer álbum. Es cierto que este disco es similar a Fearless, pero se escucha a una banda con una personalidad y sonido mejor definido.
La guitarra hace presencia lentamente, “The Last Dance” ha comenzado para llenar el espacio con un inicio potente mientras Mauricio canta “All of us came here to die”, una declaración inminente. “Fatal Disease” nos regala un inicio espectacular para poder headbangear al ritmo de las guitarras y se desenvuelve hasta llegar a un final lleno del doble pedal de la batería.
El single del disco, “Innocent guilty”, hace uso de otras voces complementando perfectamente la ecuación musical en el coro. Las guitarras y bajo están a cargo de la electricidad y sed de venganza que puede producirse en las cuerdas de un instrumento y unos solos están a cargo de Manuel de Agora para complementar el virtuosismo.
“Deadline” te lleva por una montaña rusa musical y lírica; se hacen presentes las distorsiones, los cambios de ritmo y armonías. Las guitarras inician con un sonido contundente, para después regalarte un momento de calma y terminar con un solo melódico que transmite desesperación, frustración y soledad.
La furia se desborda y “Bomb maker” se presenta frente a todos con un doble bombo y sonido aniquilador, al igual que los coros que la acompañan. “Hated King” recuerda que el ego siempre termina en el destierro y odio hacia ese ser que no quiso mirar abajo a través de la conjunción de sonidos potentemente mezclados.
Los platillos de la batería marcan el ritmo para que “My own war” salga al escenario. La guerra comienza envuelta en acordes de guitarra y cinco guerreros desenfundan sus armas para llegar a sus contrincantes a través de sus oídos. Para terminar con esta masacre, “Enough is enough” cierra el álbum con un estilo thrashero que nos guía al final de este bien logrado camino.