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Dead Oceans / 2016
¿Qué es la perfección? ¿Qué características le dan a un objeto la calificación de perfecto en una determinada categoría? Estas son algunas de las preguntas sobre las que ha reflexionado la filosofía a lo largo de la historia. Las respuestas son muchas según la época y según el intelectual; sin embargo, la respuesta no está tan solo en la opinión de los filósofos y genios del pasado, múltiples músicos a lo largo de la historia nos han demostrado lo que es la perfección, solo hay que pensar en un Nevermind de Nirvana, The Dark Side of the Moon de Pink Floyd o Abbey Road de los Beatles para darse cuenta de que la música tiene su propia versión de la perfección, concepto del que encontramos otra acepción en Golden Sings That Have Been Sung, el más reciente álbum de Ryley Walker.
Golden Sings That Have Been Sung muestra un claro avance de Walker desde sus dos LPs pasados, Primrose Green y All Kinds Of You. Al igual que el título del material, el disco tiene una esencia retro y nostálgica con un sonido claramente influenciado por el folk rock de los 60 combinado con tintes de jazz y blues. Se percibe la influencia de artistas legendarios como Tracy Chapman, Cat Stevens, Bob Dylan y John Fahey; además de cierta similitud con Jack Rose, Steve Gunn, William Tyler y Jonathan Wilson.
Esta nueva placa destaca por su simpleza: en ninguno de sus cortes abusa de los instrumentos, son notas simples y letras sencillas, pegajosas y, en ocasiones, repetitivas. Todo inicia con “The Halfwit in Me”, una canción con un comienzo calmado en guitarra donde poco a poco empiezan a entrar otros instrumentos, sumiéndote en un estado profundo de relajación y concentración.
Después continúa con “A Choir Apart”, "Funny Thing She Said” y “Sullen Mind”, pistas que combinan jazz y folk. Destaca “Funny Thing She Said”, rola que despierta en la imaginación esa escena en blanco y negro, en el bar con un vaso de whisky mientras reflexionas acerca de ese desamor que acabas de sufrir recientemente.
Posteriormente llegan “I Will Ask You Twice” y “The Roundabot”, los tracks más más alegres, melodiosos y pacíficos; con unos coros pegajosos con los que terminarás cantando “[…] And will you marry me baby? I will ask you twice” y “You can find me in the roudabot”, respectivamente.
Finalmente, el material concluye con “The Great and Undecided”, pista con la característica melancolía y tonos tristes que acompañan al blues; y “Age Old Tale”, el cierre perfecto, con un intro que suena a golpes de lo que parece ser un martillo, evocando imágenes de campos en las mentes de las personas, paisaje característico del folk para continuar con sonidos del blues y jazz, como una compilación de los géneros que integran esta composición.
En conclusión, Ryley Walker demuestra, más que nunca, sus raíces musicales y, aunque aún le falta mucho por alcanzar a las leyendas que iniciaron este género, se nota la evolución que ha tenido con el paso de los años y sus habilidades de composición. El artista norteamericano ejemplifica que un buen material no necesariamente está lleno de notas y melodías complicados y, que la perfección de ciertos discos, radica en la simpleza de sus notas y el sentimiento que le imprime el artista.