Roxy Girls
A Wealth of Information

Sin complicaciones, sin desorden, impacto puro.

En tiempos intrascentes e invariables como el actual, un shock enérgico y anímico es siempre bienvenido. Mientras escasean nuevas propuestas que sorprenden al punto de conmover, algunas bandas optan por reinventar viejas configuraciones que en el pasado han tenido éxito, agregándoles una cuota de personalidad y modernismo para impresionar. Es por eso que Roxy Girls redobla la apuesta de su primer EP y lanza A Wealth of Information, su segundo material de estudio estrenado en el mes de junio, el cual resulta un claro progreso en el sonido contundente y explosivo del cuarteto británico.

Este nuevo EP de siete canciones refleja el trabajo de todo un año y la búsqueda exhaustiva de la perfección sonora sin caer en tecnicismos desalmados. Con una impronta que en sus versos y ritmos es propia del post punk, A Wealth of Information es también un coqueteo constante con el math rock. Sonidos ambivalentes, cargados de overdrive, se cruzan sin tocarse y forman estructuras complejas en el track que da inicio al disco “Dirtier”, “Commands”, y en “You Have to Waste Your Time”, una canción con melodías que remiten al punk californiano de principios de los 2000.

A diferencia de A Poverty of Attention (2019), su antecesor, el reciente disco es aún más agresivo y atrevido. Si el anterior fue un grito irónico y desvergonzado a modo de introducción de la banda, éste es un grito de disconformidad y hartazgo. Cada canción complementa a la siguiente formando una historia concisa, de poco más de 11 minutos de duración, que queda resonando en la cabeza de cualquiera que la escuche. Como recitan las pocas líneas que aparecen en su portada en blanco y negro: “No fuss/ No mess/ Just pure impact! (Sin complicaciones/ Sin desorden/ Solo puro impacto!)”.

La segunda parte del disco es mejor que la primera. Al término de la sarcástica y rápida “Poor Cow”, llegan “The Droid” y “All Talk” conformando lo que es, tal vez, el punto más alto de A Wealth of Information. Armonías de guitarras saturadas que se fusionan de manera elegante y prolija van al compás de una batería marcada por un tempo infalible. “Estoy tratando de ser un humano en este mundo de tanta información”, se lamenta Tom Hawick (vocalista y guitarrista) al final de “The Droid”, lo que podría tomarse como el leit motiv del disco.

Para concluir, la avasalladora “Get up! (Seize the Day)”, una pieza con aires a Television. Reminiscencias al post punk de fines de los 80 y un cierre más que aceptable para un EP que invita a ser reescuchado.