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Wichita Recordings / 2017
El grupo de Oxford escogió un gran momento para volver a la luz, debido a que el shoegaze ha sido revitalizado de increíble manera este año. Sin embargo esto también ha puesto las expectativas más altas que nunca, ya que es su primer material en más de 20 años y Slowdive, el enemigo a vencer, publicó su nuevo disco a principios del mes pasado, obteniendo un recibimiento muy positivo a pesar de que solo destacaron un par de canciones. Teniendo en cuenta que pase lo que pase muchos estarán satisfechos por su retorno, la pregunta es ¿será que los de Andy Bell repetirán la fórmula de sus colegas británicos o harán un regreso sobresaliente?
Ride nos da la bienvenida con “Lannoy Point”, un acierto para la agrupación ya que inicia con un sonido misterioso, avivando nuestra impaciencia y agitación, aunque va evolucionando de manera ascendente, para explotar segundos después con la batería, que mantiene un ritmo enérgico y cadencioso. Esto se mantiene con “Charm Assault”, aunque este recuerda mucho a lo que hicieron los ingleses en Going Blank Again, su segundo álbum de estudio, el favorito para la mayor parte de sus seguidores y el mejor posicionado en ventas, llegando al puesto número cinco en la listas del Reino Unido.
Con “All I Want” la situación vuelve a acelerarse, pues tanto las melodías como el mensaje transgresor se transforman para mostrarnos algo mucho más enérgico, lleno de coros y ritmos dinámicos. Este es el punto más alto del disco, ya que tras varios temas sumamente intensos, todo empieza a bajar de ritmo para iniciar con la introspección, como con “Home Is A Feeling”, una canción con geniales imágenes poéticas.
Ya a la mitad del álbum, por fin llega el tema que le da el nombre a este material. “Weather Diaries”. Tiene un compás muy aletargado, pero que se disfruta bastante por el tono melancólico y las voces. Esta sensación se desvanece de manera abrupta con “Rocket Silver Symphony”, pues aunque recompensa a los que tienen la virtud de la paciencia, no justifica el terrible intro de dos minutos. A diferencia de “Lateral Alice” que inicia con poderosos riffs y un gran trabajo de la batería de principio a fin o incluso “Cali”, que no tiene un sonido tan entusiasta pero es equilibrado en todo momento.
Ride cierra con tres canciones muy difíciles, sobre todo si se escuchan en el orden determinado. “Integration Tape” es tal vez la más complicada, por no tener una letra y mantener un estilo que solo es digerible en los discos ambientales de Brian Eno. “Impermanence” y “White Sands”, aunque son menos experimentales, tienen un sonido plano y aburrido.
El disco es un viaje que inicia con el pedal a fondo, con diferentes texturas y momentos sobresalientes, pero que finaliza perdido, sin combustible y con una notable falta en la esencia del grupo.